Parte 6

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Estábamos en el coche, en el momento que nos despedimos de SeokJin y Hana en el estacionamiento del tribunal esta comenzó a llorar y no ha parado.

Sus mejillas y su naricita se encuentran rojas, en varias ocaciones me detuve para intentar calmarla pero noté que al contrario de esto su llanto empeoraba.

Mi mano sostenía la suya mientras conducía tratando de con eso brindarle el apoyo que necesitaba.

Recuerdo mis inicios con ella, nuestras citas que acababan en uno que otro beso robado, las noches que me adentraba en su cuarto de hotel para ver alguna película y acabábamos demostrándonos un poco de amor.

La paliza que me dio su hermano cuando le dije mis sentimientos por ella, y luego de, él descaro que tuvo de invitarme a beber soju.

Nuestras salidas a parques con el bebé y lo mucho que nos divertimos en el parque de diversiones.

Las cálidas mañanas en las que despertaba a su lado o por el olor de su deliciosa manera de cocinar.

La vez que la descubrí colocándose una lencería mientras se preparaba para ir a cenar conmigo, recuerdo no haber disfrutado la cena por el deseo que tenía de volver a la habitación.

Cuando le dije a mi madre que ya éramos novios y él gritó de felicidad que lanzó, el abrazo que le dio cuando la vio luego de enterarse y desde entonces llega a su casa con tapes y tapes llenos de condimentos para ella.

Lo bien que se siente cuando se apega más a mi mientras duerme y cuando por fin logra acomodar su nariz en mi cuello y aspira entre sueño mi olor.

El mar de sensaciones que hemos tenido a los largo de estas semanas y mi impotencia por no poder hacer más que apoyarla emocionalmente.

Mis días de trabajo sin el par de hermanos son  bastante agobiantes, y a pesar de que Taehyung es muy buena compañía no sacaba de mi mente lo mal que lo estaba pasando la mujer que amo.

-Mi amor- decía cuando hube estacionado, pero el sonido de mi teléfono me impidió continuar.

Mire la pantalla y contesté -¿Si?

-Si estás con SeoJin no digas mi nombre, ven por mi a la comisaría, necesito que pagues mi fianza.- era SeokJin, maravilloso.

Si hay alguien allá arriba que por favor me de un poco de paciencia.

-Bien- me limite a decir y cerré la llamada.

-Cariño debo ir a resolver algo, ¿te importa subir sola?, no regresaré tan tarde.- asintió, limpio un poco sus lágrimas y bajo del coche para dirigirse a su departamento.

¡Ahora que hiciste SeokJin!

Comencé a conducir de vuelta por la avenida y cuando llegue a la comisaría tomé mi abrigo y me dirigí a la entrada.

Pregunté por el atolondrado de mi cuñado y se me indicó el número de celda en el que estaba.

-¿Que hiciste?- dije pero al ver al padre de SeoMin en la celda de al lado lo comprendí.

Ambos estaban golpeados y se miraban con odio, creo que si valió la pena venir. Sonreí ante lo mal que se le veía, mi cuñado se había lucido.

-Pagare la fianza y vuelvo.

Realice los trámites de la fianza y firme los documentos que debía para garantizar así que el loco no haría algo descabellado otra vez, cuando estuvo todo listo lo trajeron a la sala donde estaba.

-¿Que?¿querías que me quedará de brazos cruzados?, ya sabias que esto iba a pasar, ni siquiera me dejaste pagar la multa de SeoJin, así que de alguna manera debía lidiar con el enojo- se excusó cuando lo ví acusatoria mente.

Porque si, a SeoJin le habían impuesto una multa por haber golpeados a su ex esposo y a pesar de que él quería que le impusiesen prision no fue así ya que se comprobó de que quien fue hasta la vivienda de la atacante fue el, además de el testimonio de el vecino que ayudó bastante, y solo le fue impuesta una multa por los daños ocasionados, una que pagué gustosamente y que SeokJin me cuestionó por que según él le quite la satisfacción de hacerlo.

-Esta la pagas tú- dictaminé -¿Donde está Hana?- pregunte ya que los habíamos dejado juntos antes de irnos.

-Se fue molesta y se llevó mi auto, ¿me llevas?- sonrió, a pesar de lo golpeado que estaba no perdía su sentido del humor.

-Bien, me queda de camino al departamento de tu hermana, vamos.

-De hecho, llévame con mi prometida, si la dejo dormirse molesta capaz me lanza el anillo cuando me vea- reía por lo bajo.

-Mandilón- ofendí.

-Lo aprendí de ti.

Maldito, me hace venir a pagar su fianza y luego me insulta.


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