Parte 3

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Mientras estaba en la ducha se me ocurrió la idea de comprar una silla para autos para SeoMin, ya que no sería conveniente pasearlo sin una.

Así que me prepare rápido y fui a comprarla, la chica de la tienda me ayudó bastante y me recomendó una que podría usar hasta los 5 años, se que no debería crearme planes a futuro en la cabeza tan rápido, pero es básicamente inevitable.

Imaginarme una vida con ella se me da naturalmente, salir juntos del trabajo, ir a casa, tener nuestros días de descanso juntos, pasear por las ciudades a las que viajamos, probar sus platillos, ver su arte, sin duda esa vida quiero con ella.

Luego de desempacar y colocar la silla pase a buscarlos, ¿estaba nervioso? Si, ¿emocionado? Bastante, había llamado de nuevo al restaurante para confirmar nuestra reservación así que supongo debería relajarme, pero de verdad ansiaba que ella disfrutara esta cita con migo.

Subí al ascensor y cuando las puertas se abrieron me acerqué con las manos sudorosas a tocar la puerta.

-Es extraño eso, si esa es tu casa y la de ahí tu mujer como tanto dices, ¿porque tocas la puerta?- dijo el pelinegro saliendo de su departamento, estaba vestido en su totalidad de negro y llevaba el pelo húmedo.

-También es extraño que me hables con tanta informalidad niño- dije girando totalmente mi cuerpo para quedar frente a él.

-Solo me resulta graciosa esa mentira que inventaste, ¿me crees tan idiota como para no saber que es divorciada?, ¿o que tú solo eres compañero de trabajo?, aunque con esa sesión de besos del otro día en el ascensor me deja claro que tienes otras intenciones, sabes jugar tus cartas, lo reconozco- dijo sonriendo.

-¿Y crees que solo por eso permitiré siquiera que respires cerca de ella?- dije acercándome aún más a él.

-No hay necesidad de amenazar, esos golpes que te crees capaz de darme te los puedo devolver triplicados, cosa que no me apetece.- dijo con desinterés -A pesar de todo me caes bien, eres un buen jugador y lo respeto, intentaré eso de ganarse al hijo en otra ocasión, gracias por la idea.- desperezó -Te dejo, se mudó un bello bocadito en el primer piso e iré a visitarla.

-Algún día te ganarás unas buenas cachetadas-, dije.

-Ella me invitó genio y ya lo han hecho pero no de la manera que deseas-, dijo sonriendo con picardía para luego marcharse.

Es un idiota, verdaderamente lo es.

Al menos dejó claro que no joderá más.

Al fin toque la puerta y esta fue abierta por SeoJin, llevaba lindo vestido verde señido al cuerpo, dejando ver sus maravillosas curvas, su pelo estaba suelto y caía en ondas por toda su espalda y parte de su pecho, estaba ligeramente maquillada y tenía unas zapatillas con el tacón corrido no muy altas, SeoMin tenía unos pantalones de mezclilla y una camiseta azul.

-Hola, pasa por favor, ¿crees que es mucho, puedo cambiarme si deseas?, creo que estoy muy elegante, pero Hana me...- trató de decir al ver que me quedaba mirándola.

-Estás perfecta, hermosa y radiante nada de cambiarse, si te sientes cómoda eso es lo importante- dije en respuesta, notando un ligero sonrojo en sus orejas. -Pero azul y verde no combinan así que yo llevaré al hombrecito de aquí- dije tomando a SeoMin en mis brazos. Esta sonrió con ternura y tomó sus cosas para marcharnos.

Cuando llegamos a donde se encontraba mi auto, abrí la puerta para sentarlo en la silla.

-¿De quien es esa silla?- preguntó al verla.

-De una prima, me la prestó- dije, es que creo que decir " ohh, la compré para SeoMin, porque a pesar de que es nuestra primera cita oficial ya me imaginé una vida juntos", sería mucho para ella, así que mentí.

-Se ve nueva, seguro no la había usado.

-Al parecer-, dije y termine de colocarlo, -Puedes ir adelante con migo, él estará bien detrás ¿Verdad campeón?- dije y esta adió en respuesta para luego subirse al coche siendo seguida por mí.

Las manos me picaban por tomar la suya y entrelazarlas mientras conducía, pero seré paciente, tanto como sea posible, quiero que sepa que mis intensiones con ellos son genuinas.

Cuando llegamos al lugar donde habían colocado la feria y cuando nos bajamos tomé a SeoMin en brazos nuevamente y comenzamos a caminar.

Al diablo la espera, tomé su mano y la entrelace con la mía como deseaba, esta era cálida y suave, delicada y pequeña al lado de la mía.

Pasamos un muy agradable rato, subió a SeoMin al carrusel, comió algodón de azúcar y nosotros unas bebidas, nos detuvimos una rato a ver el show de payasos y SeoMin salió con un globo en forma de jirafa.

-¿Que te pareces si vamos a cenar ahora?- dije cuando dieron las 9:00

-Claro-, dijo y volvimos al coché agarrados de las manos.


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