Hibamos camino a buscar a mi madre para ir a cenar con mi padre, SeoJin estaba nerviosa por conocerlo.
-No tienes porque, te amará, como todos-, dije en consuelo y miró nuevamente al pequeño que iba detrás mirando por la ventanilla y ajeno a lo demás.
Asintió para luego imitar la acción del más pequeño.
SeokJin y Hana se habían ido de viaje el día anterior, así que el día de mañana cuando nos tocara turno lo haríamos sin ellos.
Llegamos a la casa de mi madre, la recogimos y está se sentó detrás alabando lo linda que estaba SeoJin, se sonrojó y tomé su mano como era costumbre.
Cuando llegamos al restaurante mi padre estaba ya sentado en la mesa.
-Tarde para variar- ¡excelente ya comenzó!
-Padre- saludé, este miró a SeoMim que se encontraba en mis brazos, luego dirigió su mirada a SeoJin quien lo miraba curiosa y luego a mi madre.
-Sientense- dijo seco.
-Namsoo, ella es SeoJin la novia de Namjoon- dijo mi madre mirándolo inquisitivamente.
-Ya veo, te ves muy joven para estar ya divorciada, con un hijo y buscando nuevo marido.
-Y tu muy viejo para estar de prejuicioso- atacó mi madre. Yo me mantenía quieto en mi silla mientras sostenía la mano de SeoJin y el pequeño se había movido al regazo de su madre.
-Es que no entiendo, los solteros se emparejan con solteros y los divorciados con divorciados, tu por ejemplo. Cuando nos divorciamos no volviste a casarte.- dijo a mi madre.
Mi sangre comenzó a hervir, cerré los ojos y tomé respiraciones seguidas para no faltar al respeto a mi padre.
Mi madre río, -Si no me casé fue porque fuiste tan mal esposo que me hiciste perder la esperanza en los hombres.
No quería pero la cara de mi padre me hizo reír, SeoJin me miró con advertencia y el mesero llegó para limar perezas.
Pedimos nuestros platos y trajeron bebidas, la mesa estaba silenciosa a no ser por los comentarios sobre cualquier cosa de mi padre y las respuestas vagas de mi madre, para la suerte de la noche no volvió a hacer algún comentario fuera de lugar a SeoJin o a mirar al pequeño de mala manera.
Mi padre no era mala persona, pero era de mentalidad anticuada, y eso lo hacía decir cosas fuera de lugar.
Cenamos con la tranquilidad que el silencio nos brindaba y luego de acabada esta SeoJin se disculpó y pasó al baño a cambiar al pequeño.
-¿Piensas jugar a la casita toda tu vida?- dijo severo hacia mí.
-¿Perdón?, si va a seguir con sus porquerías me iré- estaba harto -Y créame padre cuando le digo que no me verá más.
-¿Entonces no piensas casarte?
-Claro que quiero eso, que te hace pensar que no, si estoy con ella es porque la amo.
-¿La amas?, la amas pero le haces perder el tiempo y pierdes el tuyo también. Es bonita, si no te casas pronto con ella te la quitarán, ¿crees que eres joven?, yo a tu edad ya te tenía a ti ¿y tú que tienes?, debería darte vergüenza no haberme dado un nieto.- dijo para ponerse de pie y salir del restaurante.
¿Que había sido eso?
Mire a mi madre incrédulo y esta me devolvió el gesto con una sonrisa.
-Tu padre es un poco especial- dijo aún con la sonrisa en sus labios.
Al menos había cambiado la posición que adoptó cuando nos vio llegar.
Cuando SeoJin llegó pedimos un postre y el camino a casa fue incómodo y silencioso, optó por sentarse atrás con el pequeño, no le discutí, se veía apagada.
Llevamos a mi madre a su casa y luego fui a su apartamento a dejarlos, cuando me baje está ya había acomodado al SeoMin sobre ella y para bajar del coche.
-Yo lo subiré cariño- negó -¿Porque no?
-Estoy cansada, me iré a la cama en cuanto suba.
-Más razón para ayudarte, ¿estás así por lo que dijo mi padre?
Su ojos se encontraban cristalizados y miró al costado evitando mi mirada.
Me acerqué más a ella, tomé su rostro en mis manos y levanté su mirada. -Nada de lo que alguien diga me hará cambiar o influirá en lo que siento por ti. - sus ojos me miraban apenados y cuando pensé que articularía palabra una voz a mis espaldas me hizo desviar la vista.
-No tomas tu teléfono por andar jugando a la pareja feliz con uno de tus noviecitos.- dijo un hombre de más o menos mi altura, a pesar de la oscuridad noté el parecido con el pequeño, era su padre.
-Tu no deberías estar aquí- dijo SeoJin con la tranquilidad que la caracteriza.
-Vine a ver a mi hijo.
-Son las 10 de la noche y ese es mi departamento, no tienes porque está aquí SeoJoon.
-¿Ahora te comportas como una perra?, solo por estar con ese de ahí, no creas que no me dijeron lo que hiciste en la fiesta, te quitaré la custodia.- dijo tajante y se retiro del lugar cuando tuve el primitivo impulso de lanzarme sobre el.
-¿Me ayudas por favor?- dijo colocando al pequeño en mis brazos. Caminó a paso rápido hasta la entrada del edificio y luego de abrir la puerta se adentró al baño sin mirar atrás.
Recosté al pequeño, y al cabo de unos minutos cuando noté no salía toque la puerta.
Respondió avisando que saldría en unos minutos.
Pasados estos salió con el pelo húmedo y su cuerpo envuelto en una toalla, quitó mi saco, me ayudó a tumbarme en la cama y luego me acompañó en silencio para ser abrazada desde atrás.
-¿Estas bien?- asintió -¿Segura?
-Solo necesito descansar- dijo para luego subirnos en el silencio absoluto.
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