Parte 4

231 35 5
                                    



Habíamos paseado por horas, trataba de llevarla a lugares que dejaran un lindo recuerdo en ella, jardines, museos, galerías, tomaba fotografías de casi todo, así que supongo le gustaba; y entre tanto pasear se nos olvidó la hora de la comida.

Así que la llevé a un pequeño local al que había visitado con SeokJin hace algún tiempo, era pequeño y poco conocido pero la cómida y las atenciones eran maravillosas.

Conversamos, paseamos, comimos, -¿Te parece ir por un helado?- dije luego de comer.

-Estoy muy llena, creo que no me cabe nada más-, dijo sonriendo.

-Un poco de chocolate no se le niega al cuerpo, vamos- dije y me puse de pie.

Hace rato que esperaba el momento justo para de alguna forma hablarle de mis sentimientos hacia ella. Y aunque quizás hubiese preferido decírselo cuando no estemos en servicio en dado caso de que me rechace y desee mantenerse alejada, cosa que si lo hacía ahora no podría hacer ya que tenemos vuelo al inicio de la noche.

Llegamos a la heladería, pedimos yo chocolate y ella vainilla y emprendimos camino nuevamente al hotel mientras lo comíamos a paso lento ya que el camino de regreso es largo si lo tomamos a pie.

-Este lugar es lindo-, dije cuando cruzamos por un pequeño parque, este era desolado, no habían personas al rededor ni locales cercanos, solo algunos pequeños árboles y una que otra fuente.

-Vamos- nos acercamos y tomamos asiento en el césped. -Hace rato noto que quieres decirme algo-, dijo mirándome expectante. ¿Será que lo hago ahora?¿que tan sutil podré llegar a ser con el nerviosismo que tengo?¿que tan rápido acabaré con el buen ambiente que hemos creado?¿ y si me rechaza? Pero por otro lado ¿y si no lo hace?¿y si me corresponde?¿si me da una oportunidad?

Bueno, creo que será ahora.

-Solo quería saber un poco más de ti, tus intereses, tus gustos, si te ves en otra relación.- dije tratando de sonar sutil. Cosa que dudo pasó en realidad.

-Ahh-, dijo divertida. -soy una persona de gustos simples. Me gusta cocinar, y me interesa la cocina, pasar tiempo con mi bebé e ir a la playa, aunque eso último hace tiempo no lo hago, me gusta conocer nuevos lugares, y me gusta mi trabajo a pesar de que me mantiene lejos de casa- dijo y luego dudó un poco -y sobre una relación, creo que si, aunque no soy solo yo, tengo a SeoMin y el hombre que decida estar conmigo deberá ser consiente de que venimos en paquete de dos por uno, además de que sería complicado-, dijo desviando su mirada hacia el césped bajo sus pies.

-¿Complicado porque?- dije con genuino interés.

-Si ese hombre no tiene un anterior matrimonio o hijos llamaría mucho la atención que yo si, y eso podría generar la separación, discusiones y malos entendidos, además de que quizás no me agrade como trate a SeoMin.

-No veo porque tendría que ser un problema eso, SeoMin es un bebé hermoso y muy inteligente, y no te divorciaste para hacer algo indebido, sino porque ya no se llevaban, no veo nada de malo.

-Lo dices porque no estás involucrado como familiar en ese caso. ¿Que pasaría si tu hermano me pretende?- preguntó claramente esperando respuesta a su pregunta.

-Lo golpearía por pretender a la mujer que me gusta-, dije y cuando las palabras salieron de mi boca fue que noté lo que verdaderamente había dicho.

Bien creo que lo hice, tonta y atropelladamente me había declarado a la mujer que amo y de verdad espero no haber jodido cualquier ápice de oportunidad que podría tener con ella.

Su rostro se sonrojó y desvió nuevamente su mirada, cuando abrí mi boca para decir más una fuerte lluvia comenzó a caer sobre nosotros.

Fue tan rápido que no supimos cómo reaccionar, nos pusimos de pie y comenzamos a correr esperando encontrar un lugar donde refugiarnos, cosa que era casi imposible por lo desolado que era el parque. Tomamos la acera esperando encontrar algún lugar que nos ayude.

Luego de correr unos minutos encontramos una pequeña caseta de espera para autobuses y nos adentramos en esta, mire a mi lado y SeoJin se reía con fuerza por la corrida que dimos.

-Veo que te diviertes-, dije contagiándome de su risa.

-Hacia años no corría de la lluvia, es divertido, aunque acabamos más empapados que si no lo hubiésemos hecho.

Entonces la vi, y efectivamente, su pelo, y ropa estaban totalmente mojados, esta última dejando a la vista su maravillosa figura, delgada cintura, prominentes caderas y maravillosos senos que transparentaban por sobre la delgada tela blanca. ¡Maldición!

Tomé mi saco inmediatamente me percaté de este hecho y lo puse sobre sus hombros desviando a su vez mi vista de su cuerpo y evitando así mirar más de lo debido.

-Deberíamos irnos-, dijo mirando hacia abajo, y si, la lluvia se había ido con la misma rapidez con la que llegó. Me limite a asentir, y emprendimos camino hacia el hotel con la incomodidad de la humedad que teníamos por la lluvia y pidiendo que mi tonta declaración no halla sido malinterpretada por ella como una broma.


.

Alguien MejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora