Cap 9

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–Ohh king, todo poderoso, ¡Aparece!–

El ser apareció delante de ellas, amity al verlo rápidamente se oculto detrás de luz, aunque miraba fascinada a la criatura.

–Haaa~, ¿Ahora que mierda quieren? Otro demonio me estaba enseñando a como despellejar un cuerpo y conservarlo con vida.

–¿Q-qué acaba de decir?– las palabras del demonio causaron pavor en amity.

–Ohhh. ¿Ella quién es?

Preguntó acercándose gradualmente a amity, está solo intentaba ocultarse más en la espalda de luz, la cual detuvo la amenazadora cercanía del demonio.

–Déjala. Ella es amity.

–Amity, ¿Eh? Y ¿Dónde está la otra? ¿Cómo se llamaba...? Bota... Bolso... Olla...

–¡Es boscha, maldito, y estoy aquí sentada enfrente de ti!

–Oh, no lo siento, es que eres tan insignificante que no te noté.

Fue el colmo para boscha, harta se intentó lanzar hacia king pero los brazos de luz la detuvieron.

–¡Suéltame! ¡Mataré a este hijo de perra!

–¡Hey! ¡Mi madre no es...! Bueno, tiene aspecto de perro, ¡Pero no es una cualquiera!

–¡Me vale madres!

–Cálmate, boschaaa. Después de todo, no creo que puedas matar a un demonio con tus manos.

–¡Ahg! Tienes razón.- con las cejas fruncidas, sus brazos cruzados y su mirada hacia la pared, se libero de luz para después recargarse en el respaldo del sofá.

–Como sea.- habló el demonio -¿Para que me están haciendo perder mi tiempo?

Luz preparo las palabras que si fueran escuchadas por otra persona seria notificada a las autoridades.

–Bueno... Ya... Ya tuve re-relaciones con una niña y... Queremos saber si con eso ya está saldada mi parte del trato.

–¿Te veniste en el útero de ella?

Preguntó de la manera más natural posible, de lo contrario, luz, deseaba que alguien la matará, o más conveniente para ella, la golpearán.

–S-si.

–¿Y dónde está la niña?

–Ami-¿Otra vez?

Amity estaba sentada en los muslos de boscha, mientras que su cara y manos estaban dentro de su camisa acariciando y frotando sus pechos.

–Ayuda~

–Déjala, amityyy.

–¡No!

–Mmm. Bueno, la cosa es que ella es amity.

–E-estupida~- susurro boscha a su espalda.

–Ok. Sí, con eso has cumplido tu parte del trato.

–Uyy que bien.- aliviada se dejó caer de espaldas en la piernas de boscha que temblaban levemente -Aunque tengo una duda.

–¿Cuál?

–Si con solo ehh... Acabar dentro de ella cerraría el trato... ¿Por qué me diste ocho meses para cumplirlo?

Ahora tengo ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora