Cap 11

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Disculpen el retraso. Semanas ocupadas.
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–¿A-almenos lo puedo chu-chupar?

–¿...Qué?–

Dijeron ambas al mismo tiempo. Esa niña tenía las hormonas muy intensas a su parecer de ellas.

–Emm... No lo sé... Además, Boscha ahora nos está mirando a ambas.

Luz lo menciono al sentir la penetrante mirada de Boscha clavada en ambas.

–Si ella lo hace yo también quiero hacerlo.

–Emm (Dios. Si me escuchas, dime. ¿Por qué las traigo muertas?) Bueno, si es lo que quieren...

Si más que decir, bajo nuevamente su ropa interior que había quedado a solo centímetros de ser colocada correctamente. Su amigo estaba expuesto, a estás alturas ya se había acostumbrado a él al punto de pensar que lo tenía desde nacimiento.

–Y-yo comenzaré.

Habló Amity que se colocó de rodillas frente a luz.

Con una mirada extasiada tomo al amigo de Luz entre sus manos, al cual colocó en su cara.

–Te haré sentir bien~

–Emm... ¿Ok?

Restándole importancia a las palabras de Luz tomó el gran miembro de luz con una mano para mirarlo por unos segundos seguido de pasar su lengua por la punta de esté dejando un hilo de saliva.

–Di-diablos, Amity. Tu lengua se siente muy caliente.

–Apenas estoy comenzando~

Levanto al amigo de Luz para después pasar su lengua por toda su estructura, cada milímetro que tenía contacto con la lengua de Amity causaba pequeños espasmos en el cuerpo de Luz.

–Hahh~

Luz comenzaba a gemir, sus piernas comenzaban a temblar; lo último que pasaba por su mente era: "vaya niña" antes de dejarse caer al suelo.

–¡Luz! ¡¿Éstas bien?!–

Amity y Boscha se preocuparon por la repentina caída de Luz, pero al ver la cara de exitación que tenía y el hecho de que su amigo comenzaba a ponerse completamente erecto, la preocupación se desvaneció.

–Cr-creó que está bien.

Habló Boscha. Está mantenía la mirada en el amigo de Luz, pero no era la única, Amity parecía no tener intenciones de apartar la mirada.

Ambas parecían hipnotizadas, sus ojos se dilataban, sus respiraciones se agitaban y el sudor comenzaba a caer por sus frentes; y unas incontrolables ganas de tener al amigo de Luz en sus bocas crecía cada segundo.

–Vaya. En verdad se siente muy bien.

Habló un poco agitada.

–¿Eh?

Nuevamente el calor apareció en la punta de su amigo, imagino que se trataba de Amity, pero no era así.

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