Cap 30

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Boscha y Willow miraban con detenimiento los movimientos de la pequeña, era sorprendente de lo que era capaz, y de cierta manera, excitante. Sentían sus intimidades humedecerse, dejando que sus dedos llegaran a los surcos de sus piernas, tocando con entusiasmo cada pliegue empapado de su feminidad. Amity, por su parte, comenzó un frenesí entre las piernas de Luz, quién se había quedado sin habla ante la sensación electrizante que la pequeña peliverde generaba en su amigo.

Amity no cedía, quería exprimir hasta la última gota de jugo que Luz pudiera generar, pero la técnica no daba resultados; así que, desprendiéndose de manera ruidosa del miembro de Luz, colocó su intimidad sobre el amigo de la castaña, llegando hasta el fondo en un abrir y cerrar de ojos.

–¡Oh...!– su rostro extasiado demostraba que había tocado el "Punto". Se mantuvo unos segundos inmóvil, antes de comenzar con el movimiento.

Boscha y Willow continuaban viendo mientras jugaban, querían unirse a la diversión pero, por la expresión contenta de la pequeña, suponían que tendrían que esperar un buen rato. Boscha miró a Willow, y ella a la pelirosa; en una fracción de segundo, una idea cruzó por ambas mentes, llevando a sus cuerpos a juntarse, aunque fuera solo de costado.

Sus muslos se tocaron, sus hombros se rozaron y sus manos se acercaron, comenzando a masajear los pechos de la otra, siendo Boscha la que más tímida se encontraba, masajeando algo brusco a Willow. Sin decir nada se apartó, colocándose de frente a la derecha de Boscha, la tomó por los hombros y la colocó en la misma posición, viéndose directamente a la cara; Boscha parecía un tómate, mientras que Willow se veía segura, con un pequeño sonrojó pero determinada.

Tomó las manos de la pelirosa y colocó sus palmas sobre sus pechos, tomándola por sorpresa, instintivamente comenzó a masajear, provocando un gemido traicionero en la chica de lentes. La sensación era suave, acolchado, como si de una nube se tratará, si es que así se sentían. Lentamente, se acercó más, llevando sus manos a surcar el contorno del abdomen y las caderas de Willow, sintiéndose engatusada por la suavidad que le transmitía, quería seguir tocando, hasta llegar a las curvas que sus muslos creaban al cubrir su intimidad.

Willow solamente se erizaba con cada roce, exhibiendo su satisfacción; en cuanto sintió las manos de Boscha cerca de su intimidad, sin dudarlo, se recostó, extendiendo sus piernas dejando a la vista los pliegues húmedos de su feminidad. Un enorme calor recorrió el cuerpo de Boscha, haciendo que su respiración se volviera pesada, dejando que su lengua quedará expuesta, lentamente, Willow abrió el lugar, llevando a las hormonas de Boscha a casi hacerla saltar sobre la chica; Willow, por su parte, se aferró con fuerza a la cama en cuanto la lengua caliente de Boscha hizo contacto con ella.

Su cuerpo se retorcía, sus gemidos se intensificaron, y en cuestión de segundos, la boca de Boscha fue llenada de los jugos provenientes de Willow, los cuales, no dudó en tragar.

–Vaaya. No querían seguir esperando, ¿Cierto?– ambas miraron a la castaña, al parecer habían terminado igual, ya que la pequeña peliverde se encontraba recostada en las piernas de Luz, jadeando, con líquido saliendo de ella.

–N-mo me iba a quedar viendo cómo jodias a la Enana.– Boscha escondió su rostro avergonzado entre las piernas de Willow, provocando que fuera vista de manera tierna. Aunque poco convencional.

–Jej. Entonces... ¿Por qué no te acercas un poco?– Boscha se erizó, la voz ronca que buscaba seducirla resultaba efectiva.

Levantó la mirada, quedando perpleja ante la dura erección de Luz. Sin pestañear, acercó su rostro, usando ambos codos como apoyo; su nariz tocó el cuerpo, inhalando ese olor a sexo que la pequeña y Luz habían impregnado en el miembro. Estaba hipnotizada, sus pupilas dilatadas lo demostraban, y su lengua recorriendo vigorosamente la larga trompa era el resultado. La misma excitación recorrió el cuerpo de Willow, quién se posicionó con su rodillas y palmas, exponiendo como los fluidos de su intimidad recorrían lentamente ambos muslos, solo para realizar la misma actividad que Boscha, dejando a su lengua recorrer cada milímetro de ese gran miembro que las hacía babear; Luz se sentía feliz, ese tipo de escenas solo las había visto en el porno, por lo que estar viviendo una de ellas, la hacía ponerse dura.

Mientras tanto, la pequeña peliverde había despertado de la corta siesta que ella no había previsto, la primera escena con la que se encontró la hizo sonreír, le alegraba igualmente estar en una de esas escenas que solo ves en el porno. Pero podría mejorar; la pequeña bajo de la cama, colocándose por detrás de Willow y Boscha, maravillada por las posición de perrito en la que se encontraban ambas, podía ver todo, incluso las pequeñas gotas de jugo que emergían de ambas, eso la hizo babear por lo que, dejando su dedo índice y medio expuestos de su puño, arremetió contra ambas, provocando que un fuerte espasmo las hiciera saltar, aunque eso no las detuvo, su excitación era tal, que sus jadeos se volvieron más fuertes y sus caderas colaboraban con las embestidas de Amity.

La pelirosa, y la chica de lentes, estaban en blanco, su racionalidad se había acabado en cuanto la pequeña entro en ambas; no se habían percatado de ello, pero llegados a este punto, todo lo que querían era un orgasmo que las hiciera retorcer. Luz comenzó a retorcer los pies, sentía que estaba a nada de terminar, por lo que tomó la cabeza de ambas, llevándolas a la punta donde recibieron el tan preciado néctar en sus bocas. Al mismo tiempo, sus piernas se tensaron, sus espaldas se arquearon y sus jugos brotaron sin tope alguno, Amity disfrutó del espectáculo, por lo que no dudó en lamerse las manos; igual Luz, quién frotó con cuidado su miembro femenino que el pequeño demonio dejo como cortesía.

Boscha y Willow dejaron caer sus rostros sudorosos sobre las sábanas de la cama, jadeando como si hubieran corrido un maratón. Pero no se sentían satisfechas, querían más afectó, por lo que, sobre su rodillas y codos, giraron sus glúteos hacia la castaña, quién rápidamente se puso de rodillas, demostrando que su amigo apenas comenzaba.

–¿Puedo meterme en tí, Luz?– Luz, inclusive Boscha y Willow, miraron a la pequeña, siendo Luz la única que sonrió divertida.

–... Claro, claro. Ven.

Sonriente saltó a la cama, colocándose justo detrás de ella, emocionada por la segunda ronda.

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No sé si seguir con esto, ¿Qué piensan?

Ahora tengo ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora