Cap 20

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–¿Q-qué...?– esas palabras sorprendieron a Willow. Boscha y Luz estaban igual, en cambio de Amity, que esperaba ansiosa por una respuesta.

–¡¿Qué dices?! ¡¿Qué dices?!– Willow se sentía contra la espada y la pared, y ver el cuerpo mal cubierto de Boscha y Luz le enterraba más la espada.

–Ehh... Y-yo...– se concentro en Boscha y Luz, buscando alguna objeción de su parte.

–Bueno... La decisión es tuya.– respondió Luz con pena, miró a Boscha esperando otra respuesta, pero parecía estar de acuerdo.

–E-ehh... N-no lo sé, nu-nunca estuve e-en una relación, e-especialmente en una de cu-cuatro.– Amity la miró a los ojos y pensó un momento, y una idea llegó rápidamente a ella.

Tomó la mano de Willow, desconcertandola en cuanto comenzó a acercarse a Luz.

–¿Q-qué hace, jefita?– sin dejar su especial forma de dirigirse a ella, avanzó a rastras hacia Luz.

–Colócate de rodillas.

–Este...– a pesar de la extraña petición, la cumplió sin pensarlo –¿Para qué...?

–Luz, ¿Te puedes acercar?– sin importar de ser conciente de lo que estaba por ocurrir; por alguna razón, no se negó y obedeció.

Willow trago ante el sorprendente miembro de Luz: largo, adecuadamente grueso, y sin ninguna vena que le diera un aspecto grotesco. No apartaba la mirada del miembro, parecía hipnotizada, y el intenso olor que emanaba le daba vueltas en la cabeza.

Antes de darse cuenta, su mano se despegó de su rodilla y la subió a la altura de la cintura de Luz, tomando con su mano el tentativo pedazo de carne. Sin más vacilación, su mano se comenzó a mover, atrás y adelante eran las direcciones en las que se movía; Luz se quedó inmóvil, claramente disfrutando del ligero hormigueo que recorría su cuerpo con cada fricción que Willow le causaba.

Amity sonreía encantada con lo que veía.

–(Ahora tengo tres novias~...)– dió una pequeña risita ante su pensamiento. Parecía demasiado contenta por lo que estaba ocurriendo: su sirvienta, que a cuidado de ella desde que nació, moviendo vigorosamente su cabeza hacia atrás y adelante con el miembro de Luz entre sus fauces.

Pero algo le faltaba en ese momento, y ese algo, era el contacto de otra piel con la suya. Se acercó a Boscha, que yacía sentada en el sofá expectante del espectáculo. Notó la mano temblorosa que pretendía ir más allá de su muslo, no lo dudo y se arrodilló frente a ella, encontrándose con la mirada ansiosa que buscaba el éxtasis; no sé opuso y extendió sus piernas, dejando a plena vista su sexo.

Amity no perdió más el tiempo y saco la lengua, extasiada por empezar con su trabajo.

———

Los sonidos de bofetadas resonaban por todo el lugar, el olor a coito se apreciaba en el aire, y el ligero siseó proveniente de Boscha y Amity quedaba inaudible por la repetidas embestidas que Willow recibía por parte de Luz.

–¡Y-ya casi...!– exclamó Luz. Antes de dar una última embestida que dió por terminada la actividad.

Willow cayó rendida junto a Boscha y Amity, que siseaban tratando de recuperar el aliento.

–¡Ufff...!– exhaló Luz del cansancio, cayendo de trasero al piso.

–¿Ha... Ha-hacen e-esto... Todos los dí-dias?– con la voz entrecortada, formuló tal pregunta mientras intentaba levantarse de húmedo y pegajoso piso.

–¿Po... Por cinco horas? Sí.– Willow se llevó una grata sorpresa ante la respuesta de Boscha, ¿En serio habían pasado cinco horas?

–W-wow... Cinco horas.– de rodillas, rio un poco. Apoyo sus pocas fuerzas en su pierna derecha, logrando finalmente levantarse –¿Tienen hambre?

–S-sí, te lo agradecería, Willow.– aún sentada en el suelo con la cabeza sobre el asiento del sofá, agradeció en respuesta el ofrecimiento de Willow.

Miró al otro par que yacía en el suelo para pregúntales, pero estás asintieron antes de formular la pregunta.

Antes de ir a la cocina, se dirigió al baño para asearse un poco y evitarse la molestia de sentir que está ensuciando la comida. A pesar de solo tener la intención de recalentarla.

———

Después de esperar diez minutos, la comida ya estaba lo suficientemente caliente, por lo que comenzó a emplatarla para llevarla a la mesa. Apunto de entregar primero el plató de Amity, ya que, entre los artículos de cocina de Luz no había una charola, le surgió una idea un poco atrevida.

Dejó el plato en el respaldo de la cocina, y se despojó de la larga camiseta que cubría todo su cuerpo, en otras palabras, pretendía entregar la comida desnuda. Inhaló y exhaló un momento, tomando valor para lo que estaba apunto de hacer. Con el valor suficiente tomó el plato y se dirigió al comedor, llevándose la irónica sorpresa de encontraste al trío en la misma situación que ella.

–¡Oh, Willow! Tuviste la misma idea que nosotras.– ya se esperaba esa reacción contenta por parte de Amity.

–¿Nosotras?– una pregunta reacia salió de Boscha –Fue tu idea, enana.

–¡Y tú le hiciste caso! ¡Jajaja!– Boscha se sonrojo por la vergüenza de su poca fuerza de voluntad contra una niña.

–¿Y-y tú qué idiota? Igual estás desnuda.

–Porque soy de mente abierta, amor.– respondió suavemente y con una sonrisa.

Willow miraba expectante la discusión, y una extraña sensación de calidez recorrió su cuerpo, se sentía agusto con ellas, a pesar de tener la vaga idea que probablemente la situación que ocurrió hace unas horas se repetiría casi todos los días.

–Willow... Mi comida.– musitó tras el troneteo molestó de su estómago.

–Oh, disculpe, jefita.– colocó el plato enfrente de Amity, quién no hizo esperar más a su hambriento estómago.

–Sholo llamabe Abity.– debido a la comida que tenía en la boca su pronunciación no fue la mejor; sin embargo, fue entendible para Willow.

–¿E-está segura?– antes de decir una palabra, Amity tragó lo que masticaba.

–Claro. Después de todo, ¡Ahora eres mi novia!– grito con una gran alegría deteniendo la discusión que continuaba al margen de Willow y ella.

El par que discutía miró a ambas y se encogió de hombros, soltando una pequeña risita lo suficientemente audible.

Willow se sonrojo y desvió la mirada, avergonzada de escuchar tales palabras, pero una sorisa se formó en su rostro, contenta por esas palabras.

———

Después de entregar los otros dos platos de comida, y de ser casi obligada por el trío, ahora las cuatro comían juntas en el comedor, sin vergüenza alguna por dejar al descubierto sus cuerpos desnudos. El ambiente era serenó, a pesar de escuchar las insinuaciones sexuales constantes de Amity que enrarecian el ambiente, por lo que Willow tiraba un repentino chiste que aligeraba las cosas, aunque también era sorpresa saber que Willow fuera buena contando chistes.

La tarde pasó entre intercambio de anécdotas y una que otra broma, que culminó en cuanto la luz de la luna atravesó la gran pared de cristal que dejaba apreciar el bello cielo, avisando que la hora de dormir había llegado. Después de un solo baño en el que implicaba a las cuatro, se colocaron su ropa para dormir, y el sueño las golpeó dejándolas noqueadas en la sala de estar, en la espera del gradiente sol de la fresca mañana.

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¿Quieren que esté sea el final o quieren otro capítulo?

60 votos para el próximo si quieren que sea así.

Ahora tengo ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora