Cap 27

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El trío paso un tiempo platicando, descubriendo que el nombre de la azafata es Mónica, aunque se verían interrumpidas por la voz del piloto solicitando su presencia. Rápidamente tomo sus cosas y limpio su cuerpo con toallitas húmedas que la habitación ofrecía.

Las siguientes horas transcurrieron en completa tranquilidad, disfrutando de las películas seminuevas que la televisión les presentaba, y antes de que se dieran cuenta, el avión ya había aterrizado.

Luz y Willow salieron del cuarto, dejando el espacio casi como lo habían encontrado. Al cerrar la puerta detrás de ella, ambas chicas miraron hacia la otra puerta de la habitación, topándose con el rostro carmesí de cierta chica pelirrosa, compartiendo un simple intercambio de miradas antes de avanzar sin esperar a nadie; justo detrás de ella apareció la pequeña chica pelimenta, cerrando igualmente la puerta con una sonrisa en su rostro.

–¿Qué le hiciste?– preguntó la castaña, colocando ambas manos sobre los hombros de la pequeña guiándola fuera del avión.

–Naada, solo nos divertimos un poco... Al principio.

–¿Cómo que "al principio"?

La pequeña se detuvo en la entrada del avión, deteniendo a Luz y a Willow, quién seguía de cerca a ambas.

–Esté...– el recuerdo volvió a su mente, dándole cada detalle para contar.

(Flashback)

Había pasado una hora desde que el avión despegó y Boscha esperaba tocar tierra lo más pronto posible.

–Ya déjame, enana.– era la quinta vez que apartaba las manos indiscretas de Amity de sus pechos.

–Vamos...– bufó. Amity la miro fijamente un momento, haciendo un puchero ya que no despegaba la vista de su teléfono.

Bajo de la cama, recostándose sobre el suelo junto a su teléfono que, en uno de sus forcejeos con Boscha, había caído al suelo. Lo encendió e ingreso la contraseña, accediendo a él para ingresar a su navegador.

–Mmm...– seleccionó el buscador, entrando al sitio que apareció como "recomendado"–... Este ya lo ví... Este igual y es... Oh, esté no.– rápidamente se levantó y busco unos audífonos en la mochila que había llevado consigo, dejando la habitación en completo silencio por solo diez minutos.

Una sonrisa se esbozo en su rostro, se quitó los audífonos para dejarlos a un lado junto a su teléfono, se apoyó sobre sus rodillas y palmas, gateando hasta las piernas de Boscha que colgaban de la orilla de la cama.

–(Jejej, probemos esto.)– lentamente despojo de sus calcetines los pies de Boscha, quién, para su desgracia, se había quedado dormida.

Miró detenidamente el par, relucientes, suaves a simple vista, demostrando que eran bien cuidados. Ambos eran adornados por un negro brillante que resaltaba sus uñas, Amity las miró como un tesoro, deseosa de tenerlo entre sus manos. Tomó uno de ellos, teniendo el total cuidado de no realizar movimientos bruscos; pero en cuanto lo tuvo a centímetros de su cara, su impulso la domino por completo, orillandola a deslizar su lengua por toda la pieza, causándole un espasmo a Boscha, Amity se detuvo con la lengua fuera un momento, y en cuanto el peligro paso, continuó, introduciendo los primeros tres dedos a su boca, guiando a su lengua para recorrer cada milímetro de ellos con total pasión y deseó, su ropa interior comenzaba a mojarse con cada lamida y chupetón que daba; un nuevo fetiche emergió de ella.

Lentamente, los ojos de cierta chica se abrieron por completo, formando una cara de extrañes al sentir tal molestia en sus pies. Tomó asiento con rapidez, sorprendiéndose y molestando al ver a la pequeña pelimenta con uno de sus pies en su boca, chupando y lamiendo, mientras su mano izquierda no dejaba de jugar dentro de su ropa interior. Rápidamente apartó su pie, dejando un "pop" en el aire, Boscha demostró total molestia en su rostro, pero Amity, quién la veía desde abajo, sonrió, mirándola con total excitación.

–Vamos, Boshita... Estaba apunto de terminar...– Boscha la miró con desagrado, su expresión deseosa, su respiración agitada, y su sonrisa boba, además de desagrado, le daba un poco de miedo –Déjame continuar... Por favor...– su súplica la llevo a gatear hasta los pies de Boscha, agachándose para así besarlos –Vamos... Si tu eres buena conmigo, yo lo soy contigo.

Boscha sintió como algo de líquido mojo su ropa interior, llevando ambas manos a cubrir su entrepierna; consternada miró a Amity, quién se encontraba de rodillas, mirándola sonriente.

–Boscha...– las prendas que cubrían su cuerpo, una a una, fueron dejadas de lado, exhibiendo el cuerpo desnudo de Amity que se recostó sobre el suelo, extendiendo ambas piernas como si de un perrito suplicando caricias se tratase –... Se buena conmigo...– Boscha no pudo apartar la mirada de la entrepierna de Amity, todo era visible, y la excitaba.

No logró resistir más y extendió su pie, rosando con la punta de sus dedos la intimidad de Amity; la pelimenta gimió en respuesta, antes de tomar el pie de Boscha y juntarlo directamente con ella.

–Hahh... Co-continúa...– Bocha entendió lo que quería, comenzó a subir y bajar su pierna, sin despegar su pie de ella. Amity empezó a mover sus caderas en dirección contraria a los movimientos de Boscha, haciendo más intenso el placer –Hahh... Estoy... Estoy...– con un intenso placer, el orgasmo inundó su mente, dejándola abatida sobre el suelo de la "habitación".

Boscha podía sentir su cuerpo caliente, se sentía excitada por lo que acababa de hacer y la humedad en su ropa interior era evidencia de ello. Amity de repente se puso de pie, con una apariencia renovada como si no hubiera ocurrido nada minutos antes. Boscha tuvo un presentimiento, se fijó en Amity, quién la veía sonriente mientras se mordía el labio inferior.

Suspiró, tomó la parte inferior de su camisa para subirla y pasarla por su cabeza, dejando expuesto su abdomen tonificado al igual que su sostén rosa adornado con corazones negros. Amity caminó hacia ella, colocándose entre sus piernas mientras frotaba sus pechos con suavidad.

–Seré buena contigo...– tales palabras susurrantes erizaron su piel; besos comenzaron a sentirse sobre sus senos, que hábilmente fueron expuestos sin ser consciente de ello.

Las caricias y la estimulación la condujeron a recostarse en la cama, pero Amity la detuvo, llevándola al suelo en la misma posición en la que ella había sido "sometida".

–Mi turnó...– de un tirón despojo a Boscha de su ropa interior, dejando expuesta su babeante intimidad que, desde la orilla de la cama sobre la que encontraba sentada, la excitaba demasiado.

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Antes que nada, disculpe la gran demora, he llegado a ese punto en el que no tengo inspiración, pero daré lo mejor de mi en este y en los próximos proyectos de los cuales ya tengo un borrador, solo esperen.

Este capítulo será dividido en dos partes, para no darles otra gran demora. Y bueno, voten y sigan está extraña historia, también siganme, estoy a nada de llegar a los 300 seguidores, jeje.

Eso sería todo, nos leemos luego.

Ahora tengo ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora