Cap 1

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Todo comenzó un lunes, eran las ocho de la mañana y me encontraba desayunando las sobras de mi comida de anoche: pizza barata. Mi situación económica en esos momentos no era la mejor, tenía muchas deudas, la renta del departamento en el que vivo acababa en esa misma semana y también necesitaba pagar la colegiatura de la universidad para que no me expulsarán.

Terminando mi "desayuno" me fui directamente a mi universidad, llegando me encontré con mi exnovia esperándome recargada en el árbol que está justo en la entrada.

Al fin llegas, idiota.–

Siempre me recibía de esa forma cuando llegaba tarde, solo me recibía por mi nombre cuando llegaba antes o al mismo tiempo que ella.

–Buenos días para tí también, boscha.–

–Si, buenos días.–

Caminamos en silencio hasta llegar al salón, nos sentamos en nuestro lugar que compartíamos.

–Mi dinero.–

Me tiró de repente el recordatorio que le debo dinero.

–Vamos, boscha. Espérame un poco más, ¿Si?–

En esos momento no tenía ni para pagar el internet.

–Llevo esperándote un año, luz. ¿No te pagaban mucho por tus libros?–

–Si, pero en estás semanas no he podido terminar en el que he estado trabajando.–

–Pero deberías recibir dinero por tus otros libros, ¿No?–

–Si, pero... La editorial no me quiere pagar hasta que termine el último en el que trabajó.–

Si no fuera porque esa editorial era una de las más reconocidas trabajaría en otra.

–Que imbéciles. ¿Y qué le falta a tu libro?–

–Un final.–

–Mmm... Cómo sea, tu puedes.–

Rara vez escuchó algún cumplido o palabra de apoyo de ella, aunque me los dice más en comparación de cuando éramos novias.

–Gracias.–

Intercambiando una sonrisa cambiamos de tema.

•••

La universidad transcurrió como siempre. Después de acompañar a boscha a su casa yo obviamente me fui a la mía, pero el olor de salchichas llamó mi atención, busque la fuente del olor encontrándome con un puesto callejero de hot dogs, tenía hambre así que me acerque a preguntar el precio.

Buenas.–

El dueño del puesto solo asintió en respuesta.

Emm, ¿Cuál es el precio?–

–Cincuenta por una salchicha con todo.–

En ese momento solo tenía ciento cincuenta dólares en mi billetera, después de pensarlo unos segundos decidí comprar una.

Al terminarla sin nada más que hacer me fui a casa. Subiendo las escaleras para llegar a mi departamento ya que el ascensor no funcionaba solté un suspiro de arrepentimiento.

–Bueno, al menos estaba buena.–

Fue lo último que dije antes de entrar a mi departamento, me dispuse a terminar la tarea de la universidad que por suerte solo eran dos, después de una ducha encendí mi computadora dispuesta a terminar mi libro.

Ahora tengo ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora