—¿Nam, ya tienes todo listo?
—Sí, amor, la laptop ya está encendida, solo tengo que iniciar la videollamada. Dame un momento—el menor pidió concentrado en su labor y el pelirrojo asintió conforme.
—Genial, cada vez más cerca de romper esa jodida maldición que atormenta a TaeTae.
Seokjin caminaba de un lado al otro en medio de esa oficina tan bonita, esperando pacientemente a que ese momento tan decisivo llegara. Su pareja y él dejaron a su retoño al cuidado de su amiga, por lo que en ese aspecto estaban en paz, pero mientras las horas pasaban, sus ansias no cesaban.
—Con esto podrá iniciar su nueva vida sin problema—aseguró el historiador, observando la pequeña pantalla que anunciaba que la videollamada estaba siendo realizada con éxito—. Solo falta que nos respondan del otro lado.
—Listo, mientras tanto trataré de no entrar en pánico—bromeó y Namjoon esbozó una pequeña sonrisa. A su marido nunca se le quitaría lo dramático, pero así lo amaba.
Esperó por unos segundos más hasta que la pantalla le mostró al azabache. Pero este no se veía nada bien, lo que preocupó al hombre en demasía.
—¡Jungkook! ¿Qué sucedió?
Seokjin salió de su ensoñación al escuchar la voz de su marido, ubicándose lo más rápido que pudo a su costado. Siendo testigo del rostro demacrado de su primo que parecía no encontrar las palabras adecuadas para hacerles saber lo que pasó minutos atrás.
¿Acaso tenía que ver con Taehyung?
El doncel se rehusaba a esa horrible posibilidad, todavía estaban a tiempo.
—¡Habla ya Jungkook!
—Es T-Tae... —confesó, helándoles la sangre. ¿Qué fue lo que salió mal? —. Casi se desmaya, se ve muy pálido y débil. No saben lo asustado que estoy, ¿no se supone que tenemos oportunidad de salvarle hasta antes de la medianoche?
—Es que se supone que así debe ser, Kook—afirmó Seokjin, tratando de mantener la calma con la inesperada situación—. ¿Dónde está?
—Se encuentra reposando en el sofá de la sala. Voy donde él de inmediato.
Los mayores asintieron, notando como el chico iniciaba su caminata hacia aquel lugar. La pareja se dedicó una rápida mirada en la que ambos se comunicaron lo que pensaban que debían hacer a continuación.
El azabache acomodó el móvil de tal forma que los esposos pudieran visualizar a Taehyung y su persona. Cuando estos se dieron cuenta de la acción de Jungkook, analizaron el cuerpo que yacía a su lado.
El peliceleste estaba con los ojos cerrados, descansando a petición de Jeon. Además, se podía apreciar la manera acelerada en la que respiraba. En definitiva, ese no era ni por asomo el Taehyung al que estaban acostumbrado a ver.
Con la piel canela apagada, su cabellera carecía de brillo y su expresión era lúgubre.
Su apariencia era del más claro sufrimiento, y no sabían que era lo que significaba.
Motivo por el cual los mayores comenzaron a hablar bajito, como si temieran despertarlo.
—¿Pero esto fue de la nada o cómo? —interrogó Namjoon con semblante preocupado—. No comprendo.
—Tae fue a ver unas fresas a la cocina, y cuando regresó conmigo se desplomó. Apenas lo pude tomar entre mis brazos.
A Jeon le seguía dando escalofríos el susto que Taehyung le dio, pero se obligó a sí mismo a no decaer, porque si el perdía los nervios, el mayor se sentiría mucho peor.
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Lullaby in the lake; JJK & KTH
Random*ૢ. Su corazón estaba decidido a no volver a enamorarse, pero el destino tenía otros planes.*ૢ La noche había caído cuando Jungkook escuchó un precioso canto proveniente de un lago en medio de la espesura del bosque... Este era tan fascinante que fu...