Jungkook no podía evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro cada vez que veía a Taehyung. Porque su lindo castaño parecía un cachorrito con ojos curiosos ante la nueva realidad que iba descubriendo de a poco.
Taehyung yacía recargado en el borde de la ventana del taxi que les estaba dando un aventón hacia la estación del metro, analizando cada paisaje frente a sus iris claros con total dedicación.
El joven de piel nívea le vio poner una carita de nostalgia cuando abandonaron el bosque, pero esta se disipó al instante cuando el vehículo se desplazó por la carretera. Y es que seguramente el mayor estaba más que maravillado al ver como el mundo había cambiado tanto.
Ya que, por el simple hecho de pertenecer a una época antigua, Kim jamás imaginó ver tanta modernidad a pesar de seguir encontrándose a las afueras de una gran ciudad como Seúl.
Por ese motivo Jeon ansiaba ver que expresión tendría cuando pisara esa tierra desconocida para él, tan llena de novedad y de bellos lugares turísticos.
El menor no pudiendo contenerse tomó la mano ajena, sin antes darle un suave masaje al dorso canela, con el afán de entrelazar sus dedos con los ajenos. Solo esa acción fue capaz de sacar a Taehyung de su ensoñación, no obstante, luego de dedicarle una pequeña sonrisa a su novio siguió con su cometido de dejarse llevar por las interesantes vistas.
El azabache sonrió de lado, cerrando sus párpados gracias a la felicidad que le provocaba tomar de la mano a su fantasía, quien prontamente descubriría un nuevo mundo a su lado.
Los minutos se pasaron volando hasta que el amable chófer los dejó en su destino. El castaño de un momento a otro se sintió intimidado al ver a tanta gente moverse de un lado al otro en aquella inmensa estación. Por puro instinto se resguardó detrás de Jungkook, aumentando el agarre de su mano con la impropia.
—Tranquilo, cariño. No tienes que asustarte, estoy aquí contigo—lo tranquilizó susurrando cerca de su oreja—. Este lugar siempre es así de transcurrido, es normal. Mejor movámonos rápido y consigamos nuestros pasajes, ¿sí?
Taehyung asintió con suavidad, y Jungkook inició su marcha arrastrando con su mano libre la gran maleta que le acompañó durante su viaje inolvidable.
¿Quién diría que su vida cambiaría tanto en un mes?
Había vivido tantas cosas que por un instante lo sintió como un año, pero se encontraba radiante como nunca antes.
Volvía a su casa acompañado del ser más puro y hermoso de todos, ¿qué más podía pedir si ya lo tenía todo?
Después de conseguir sus boletos y dejar su equipaje junto al resto de los otros pasajeros, Jeon guio a su novio hasta los asientos que les pertenecerían por un tiempo determinado.
—¿Estás bien, Tae? ¿Te sientes cómodo?
—Sí, Kookie. Solo que esto se percibe tan raro e irreal... —confesó avergonzado—. Lamento haberme puesto nervioso hace rato, es demasiado nuevo para mí.
—No te preocupes por eso, me puedo hacer una idea. Lo único que quiero es que te relajes para que disfrutes de esta nueva experiencia.
Jungkook no había soltado su mano por nada del mundo, por lo que la llevó hacia sus labios y dejó tiernos besos en sus nudillos mientras Taehyung soltaba un largo suspiro.
Su chico tenía razón, debía estar en calma para lo que sea que tuviera que experimentar en el transporte en el que se encontraban.
—Gracias, Jungkookie. Confío en ti.
—Bien, ¿entonces crees que un poco de buena música pueda ayudarte mucho más?
—Si son esas canciones de Jazz que me gustaron mucho no veo por qué no—consintió, y solo ahí Jeon separó su mano para sacar su móvil y poner su lista de reproducción favorita. Repleta de melodías suaves, con cierto toque sensual otorgado por los instrumentos que se fusionaban a la perfección.
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Lullaby in the lake; JJK & KTH
Casuale*ૢ. Su corazón estaba decidido a no volver a enamorarse, pero el destino tenía otros planes.*ૢ La noche había caído cuando Jungkook escuchó un precioso canto proveniente de un lago en medio de la espesura del bosque... Este era tan fascinante que fu...