*ૢ Capítulo 12*ૢ

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Taehyung estaba limpiando su cuerpo. Pasando las manos por toda la suave piel canela con ayuda del jabón que poseía un delicado olor a fresas que le tenía más que encantado, pues era su fruta favorita desde que tenía uso de razón.

Pero se preguntarán... ¿Cómo había terminado en dicha situación? Era el resultado de la hospitalidad del azabache.

Después de haber terminado de arreglar todo en la cocina, y conversar por un largo rato. A tal punto de que no se habían fijado en el hecho de que transcurrió casi una hora completa, Jungkook le ofreció que tomará una refrescante ducha. Alegando que no era un problema para él prestarle un cambio de ropa. Taehyung no tuvo otra opción más que aceptar, porque la idea le parecía realmente tentadora. Eso sí, necesitó la ayuda del menor al momento de abrir la regadera y regular la temperatura de esta, ya que era su primera vez usando algo así.

Aquel cuarto de baño era encantador. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue que el espacio de la regadera estuviera cubierto por paredes de vidrio, ya que lo hacía parecer como si estuviera encerrado en una cajita de cristal. Exceptuando los detalles del precioso tocador, con su respectivo gran espejo, un elegante lavabo y un mueble con varios cajones, en los que Jungkook le explicó que podría encontrar todas las cosas que necesitará para ese momento, que consiguieron volarle la mente.

Y a pesar de que todo era muy nuevo para él, Taehyung podría afirmar sin el mínimo ápice de duda que no había sido nada dificultoso aprender cómo funcionaba. Además de no tardar en acostumbrarse, porque ese tipo de lujos siempre serían bien recibidos.

La lluvia artificial caía sobre su anatomía, mientras tomaba con sus manos una cantidad generosa de shampoo, el cual utilizó para lavarse el cabello, disfrutando de pasar sus dedos entre la espuma que estaba formándose en su cabeza y que perfumaba todo el ambiente.

Al fin Taehyung obtenía un poco de esa paz que tanto necesitaba. Teniendo la valiosa oportunidad de que con esa simple acción pudiera mimarse un poco así mismo después de tanto tiempo. 

El peliceleste continuó de esa forma hasta que estuvo completamente satisfecho.

Cerró la regadera, cortando por completo el flujo del agua, y salió de aquel espacio luego de haber tomado la toalla que había dejado a su alcance. Se secó lo mejor que pudo, para después enrollarla en su fina cintura, cubriendo su zona íntima.

Encima de la tapa del inodoro divisó la bolsa con la ropa que Jungkook le prometió, sacó el paquete de ropa interior nueva que el menor le había comentado que tenía de repuesto, y el conjunto de prendas, compuesto por una sudadera y un pantalón de chándal de color negro. 

Taehyung no perdió más el tiempo, y se vistió con rapidez para no hacer esperar más al azabache. Por lo que cuando el peliceleste estuvo vestido, no pudo evitar quedarse observando fijamente su figura en el espejo, logrando apreciar un detalle que no pudo pasar desapercibido para su persona.

Y esto era que a pesar de que Jungkook y Taehyung parecían ser de la misma talla porque su altura era muy similar, el azabache usaba ropa mucho más suelta de lo que se podía notar. Aunque ahora que analizaba ese hecho con detenimiento, aquello le iba perfecto por el tipo de contextura física que poseía (ya que sabía de sobra que el chico se ejercitaba lo suficiente como para tener un cuerpo trabajado), a diferencia suya, pues al ser más delgado que él, dichas prendas le quedaban un tanto flojas, haciéndolo lucir más menudo de lo que era. No obstante, le gustaba como le quedaba y la comodidad que le ofrecía, ya que se sentía muy ligero. Así que luego de sentirse satisfecho con el resultado, salió del cuarto de baño en busca del menor.

Jungkook estaba muy concentrado jugando en su móvil, recostado en el cómodo sofá de la sala, mientras esperaba pacientemente a Taehyung. El azabache entró en su propio mundo luego de notar que el joven que había invitado a su hogar, parecía querer darse su tiempo en el baño. Cabe aclarar que eso no le molestaba en lo más mínimo, realmente le hacía feliz que pudiera relajarse, y que estuviera en contacto con el agua por mérito propio, disfrutando de ese tiempo consigo mismo, en lugar de estar obligado gracias su maldición.

Lullaby in the lake; JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora