—Amor, ¿ya puedo iniciar la videollamada? —le preguntó Seokjin a su marido, después de haber entrado a la habitación que ambos compartían—. Aprovechando que Binnie está soñando con los angelitos.
—Claro que sí, mi vida, solo estaba cambiándome la ropa a una más cómoda—aseguró el menor, desatándose la corbata y quitándose la camisa bajo la inquisitiva mirada del pelirrojo.
Seokjin se relamió los labios y lo contempló con fascinación, acto que pasó desapercibido para su pareja que se encontraba concentrada en su tarea. Su Namjoon era un dios griego. Sin embargo, más allá de su increíble físico, el peligris era una persona de preciosos sentimientos, quien con lindos detalles no tardó en conquistarlo por completo.
El de cabellos cenizos con rapidez se puso una sudadera azul oscuro, pasándosela por la cabeza y por sus brazos con destreza. Dicha prenda era lo único que le faltaba para completar su" outfit casual", pues con anterioridad cambió sus pantalones de vestir por unos de chándal.
Volteó el rostro, encontrándose con la luz de sus ojos, el cual tenía un tierno puchero en esos labios tan abultados. Namjoon se le acercó y con confusión le analizó, no entendía la razón por la que aquella expresión estaba en su preciosa carita. Por un momento creyó que el pelirrojo se había ido al no escuchar respuesta.
—¿Qué sucede, lunita? ¿Por qué ese puchero?
—Ni me regresaste a ver, Namu—explicó un tanto indignado por el comportamiento de su pareja. Él jamás leía el ambiente, no obstante, Seokjin no era de las personas que se quedaban calladas. Por lo que cuando algo no le gustaba, lo decía sin más—. Además, me quitaste esas preciosas vistas en cuestión de segundos. Ni me dejaste disfrutarlo.
—Ay, Seokjinnie—Namjoon rodó los ojos y tomó de la cintura al mayor para abrazarlo con fuerza, ubicando su rostro muy cerca como para susurrar en su oído—. Lo siento cariño, si nos desocupamos pronto de todo este te recompensaré, ¿mmm?
Decir que a Seokjin no se le erizó la piel cuando escuchó esas palabras salir de la boca de su hombre, sería mentir. Estaba muy al tanto de lo que se refería, pero él se lo buscó, y no tenía el más mínimo arrepentimiento.
Lo anhelaba mucho. Hace meses no tenían oportunidad por "x" o "y" razones, y ellos eran muy activos en ese sentido. La llama de la pasión no cesó en ningún momento desde que se casaron, como suele pasar con otras parejas que se aburren de la monotonía.
Sin querer un jadeo escapó de su garganta cuando una mordida en el lóbulo de su oreja se hizo presente, y a continuación la voz del de cabellos cenizos estaba inundándolo todo.
—Te he descuidado, ya sea por las montañas de trabajo o porque vengo muy cansado, pero tranquilo, mis vacaciones están a la vuelta de la esquina.
—D-De acuerdo, Joon—afirmó Jin, tomando un poco de distancia para entregarle al contrario la preciosa imagen de su rostro sonrojado—. Aunque yo también le he dado prioridad a Soobin...
Lo último el pelirrojo lo dijo sin pensarlo tanto, pues conocía de sobra casos donde muchas parejas afirmaban que sus relaciones se fueron a la basura luego de tener un hijo, ya que la intimidad pasaba a segundo plano. Sin embargo, para Seokjin no era así, pues siempre logró equilibrar todo a la perfección. Su trabajo, su pareja y a su bebé cuando lo tuvo.
Pero seguía siendo humano, y como tal, tenía muchas inseguridades. Sabía que Namjoon era alguien muy centrado y empático, ya que le gustaba ponerse en los zapatos de la otra persona para comprender mejor sus problemas, por lo que estaba seguro que jamás se molestaría por esa situación en particular. A veces creía que debió seguir la carrera de psicología en lugar de historiador, no obstante, sabía de sobra lo mucho que dicho trabajo le apasionaba a su marido.
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Lullaby in the lake; JJK & KTH
De Todo*ૢ. Su corazón estaba decidido a no volver a enamorarse, pero el destino tenía otros planes.*ૢ La noche había caído cuando Jungkook escuchó un precioso canto proveniente de un lago en medio de la espesura del bosque... Este era tan fascinante que fu...