Las caricias en el cabello azabache de Jungkook no cesaban. El menor se sentía adormilado bajo los mimos de su fantasía al tener su cabeza acomodada en el regazo impropio, mientras el castaño leía un libro del género de romance vampírico. Jeon tenía cuidado de no moverse mucho para no lastimar el vientre abultado de su pareja. Por lo que estaba permitiéndose caer en los brazos de Morfeo sin poner la mínima resistencia.
El ambiente era sumamente pacífico para la pareja que disfrutaba del cómodo silencio. Los fines de semana eran los momentos que más ansiaban, porque les recordaba al tiempo compartido en la casa del bosque. En la que vivieron el inicio de su preciosa historia de amor, y el fin de la terrible maldición del doncel.
El par de enamorados hubiera continuado en su propio mundo de no ser porque una terrible molestia atacó al mayor. Sacándole un quejido que alertó al azabache entre sus piernas.
—¿Qué sucede, cariño?
—M-Me duele...
—Deben ser las contracciones. Aguanta, Tae.
El joven de piel canela asintió, dejando en la mesa el libro que había estado leyendo para comenzar a respirar como le habían enseñado para hacer más soportable el malestar que lo atormentaba. Jungkook se incorporó lo más rápido que pudo, por lo que no se lo pensó dos veces antes de ir corriendo hacia su habitación para buscar el bolsito que prepararon con anterioridad para su bebé.
Cuando el menor estuvo de vuelta, ayudó a su pareja a levantarse con cuidado y guiarlo hacia su automóvil para ir al hospital en donde estuvieron controlando su embarazo por todos esos meses. Jeon no podía permitirse que los nervios le ganaran, por más que le angustiaba en demasía ver la expresión agónica en el joven de piel canela.
—Eres fuerte, cariño, ya mismo llegamos—lo animó, agarrando con fuerza el volante y estando pendiente del resto de vehículos que le rodeaban—. Resiste Tae, por favor.
Taehyung no respondía por el simple hecho de que se encontraba ocupando todas sus fuerzas para no desmayarse en el proceso. Acariciando su vientre abultado con constancia, mientras en su interior le pedía a su hija que también soportara un poco más antes de su ansiado encuentro.
Diez minutos pasaron antes de que Jungkook y Taehyung ingresaran al hospital, en los que el azabache le comentó a una de las enfermeras presentes lo que pasaba con su chico.
—Bien, a partir de aquí nos encargaremos de su pareja en lo que mi compañera contacta al doctor que va a atender el parto.
—Muchas gracias.
Jungkook acunó el rostro del doncel, dándole un beso en su frente para que se sintiera reconfortado al no poder acompañarlo.
—Te amo muchísimo, Tae. Los estaré esperando con ansias para cuidarles cómo se merecen ¿sí?
—G-Gracias Jungkookie, yo también te amo—correspondió besando castamente los labios ajenos—. Nos vemos en un rato...
—Sí, mi amor.
Luego de esa significativa despedida momentánea, el azabache vio cómo se llevaban a su chico en una silla de ruedas para que no se cansara tanto hasta entrar al quirófano.
Con sus manos temblando, Jungkook les escribió a sus padres y a sus hyungs para avisarles que la primogénita de la familia Jeon-Kim estaba por nacer. Como pudo redactó el mensaje, y esperó a que las respuestas positivas llegaran.
Necesitaba con urgencia un apoyo moral hasta tener a sus dos amores a su lado.
En menos de un minuto consiguió lo que quería. Decidiendo tomar asiento en la sala de espera para no hacer otra cosa más que pedirle al cielo que todo saliera bien y que al final de ese día pudiera gritarles a los cuatro vientos que se había convertido en padre.
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Lullaby in the lake; JJK & KTH
Random*ૢ. Su corazón estaba decidido a no volver a enamorarse, pero el destino tenía otros planes.*ૢ La noche había caído cuando Jungkook escuchó un precioso canto proveniente de un lago en medio de la espesura del bosque... Este era tan fascinante que fu...