*ૢ Capítulo 11*ૢ

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Jungkook se detuvo abruptamente, y con eso, Taehyung también lo hizo. Frente a ellos estaba aquella increíble casa que su hyung alquiló para él. Habían llegado a su destino sin darse cuenta luego de haberse echado a correr como un par de chiquillos. En medio de risas provocadas por la complicidad del momento.

Y de manera inevitable, el azabache volvió a la realidad y razonó algunas cosas. Con su mente trabajando a mil, las cuales fueron la razón por la que suspendió su marcha.

Taehyung estaría en su hogar provisional.

Los dos solos...

Compartiendo y conviviendo, aunque fuera de manera indefinida. Porque ninguno comprendía nada de lo que sucedió hace apenas una hora atrás.

Y él hace muy poco había asimilado todo lo que sentía por aquel peliceleste maldecido. Que en aquellos momentos era de carne y hueso, dejando atrás su forma de espíritu.

Simplemente el nerviosismo lo invadió de una manera increíble.

Ambos eran adultos, y si Taehyung sentía, aunque sea un mínimo porcentaje de atracción por él, la línea se volvía mucho más fina.

Sin embargo, no tardó en regañarse así mismo al pensar que algo podría pasar.

Definitivamente no. Al menos no hasta asegurarse de que lo suyo fuera recíproco.

Porque Taehyung podría ser tan atrayente como la miel lo es para las abejas, pero Jungkook quería hacer las cosas bien con el susodicho. Y sobre todo quería evitar algún malentendido como que el peliceste creyera que solo lo quería para eso.

Porque lamentablemente él había estado en esa situación con una de sus exparejas y podría describirla como una de las peores experiencias de su vida.

Sentirse como un juguete para la otra persona, era algo que no se lo deseaba a nadie. 

La aterciopelada voz de su acompañante fue la que lo sacó de sus más profundos pensamientos.

—Hey Kook, ¿sucede algo?

—¿Eh? N-No...No es nada.

—Te detuviste de golpe y de paso te quedaste atrapado en tu propio mundo por un largo rato.

—Ahhh es que... —el azabache sabía que no le podía decir lo que había pensado sin exponerse en el trayecto, por lo que inventó la mejor excusa que se le podía ocurrir en un momento como ese. Bendita creatividad—. Recordé que mi casa podía estar un poco desordenada. Ya sabes, he estado viviendo solo, y a veces uno se toma algunas libertades. 

Jeon expresó tratando de sonar divertido al respecto.

—Oh... Entiendo—por un momento Taehyung se asustó por la reacción del menor, creyendo que talvez se estaba replanteando la idea de dejarlo entrar a su hogar. Pero luego de escuchar esa respuesta, la tranquilidad invadió su ser en su totalidad—. No te preocupes por eso, jamás te juzgaría por algo así, al final mi visita fue inesperada.

—De acuerdo—Jungkook sonrió solo con los labios, y Taehyung respondió con el mismo gesto, luciendo precioso a los ojos del contrario—. Entonces continuemos.

Taehyung asintió quedito, siguiendo al chico a paso lento. Observando a detalle la vista que tenía a su alrededor. Todavía sosteniéndose de aquel fuerte brazo, el cual había tomado en algún momento de la carrera de minutos atrás.

Aquella casa simplemente era preciosa, y aunque no se comparaba a las que él había conocido en su pasado, podría afirmar que ya estaba acostumbrado a la majestuosidad de la arquitectura moderna gracias a todas las series y películas que había visto en compañía de Jungkook.

Lullaby in the lake; JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora