*ૢ Capítulo 16*ૢ

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Jungkook tecleó con rapidez en el chat que yacía abierto en su móvil, dando una explicación sumamente puntual y en cierto aspecto un tanto escueta, pero que sabía iba a ser el mejor anzuelo para la persona que debía responderle del otro lado. Cuando se sintió orgulloso con su cometido, Jeon envió el mensaje que deseaba que fuera visto lo más rápido posible por su receptor.

Y luego de aquello procedió a mandar otro texto a la señora Choi, aprovechándose de su buena voluntad, pidiéndole de favor una cosa que no hubiera podido comunicar frente al peliceleste. Pero no hay que ser malpensados, porque nada que ver con la respuesta que la mujer que le daría más adelante.

Simplemente era Jungkook preocupándose por Taehyung y su comodidad. No quería avergonzarlo. Una de las cualidades más destacables del azabache era ser prudente, y pensaba mantenerlo hasta el final de sus días.

Ahora solo debía esperar con paciencia la respuesta y la confirmación del día que la mujer vendría, esperando que no fuera demasiado tarde para el mayor, al punto de ya no ser necesario.

El azabache guardó el móvil en uno de sus bolsillos, y bajó despreocupado hasta el primer piso donde encontró a Taehyung terminando de ordenar las cosas que la fémina le trajo para llenar su despensa y no morir de hambre.

No pudo evitar analizar cada uno de sus movimientos. El peliceleste parecía más que satisfecho con el trabajo que estaba haciendo. Su semblante alegre era la mayor prueba, pero tal y como el Jeon había previsto, el chico dejo en la isla los enlatados al no saber en dónde guardarlos, provocando en el interior de Jungkook una mezcla de gracia y ternura a causa de lo predecible que podía ser Taehyung, quien aún desconocía muchas cosas.

Sin embargo, el menor estaría ahí para darle una mano.

💙

El mayor estaba tan pero tan concentrado en lo que hacía que ni siquiera notó la presencia de Jungkook, quien comenzó a acercarse hasta él de forma sigilosa.

—¿Terminaste? —preguntó y Taehyung pegó un salto, después de dejar el envase que contenía kimchi en el refrigerador.

—Me asustaste, Kook—se quejó, frunciendo la nariz mientras cerraba la puerta de la nevera rebosante de comida. - Justo ahora terminé. 

Taehyung se giró sobre sus pies, encarando al joven de mirada infinita que parecía tener algo más que decirle—. ¿Sucedió algo?

—No, solo quería agradecerte por tu gran trabajo—Jungkook le felicitó, guardando los enlatados en una repisa que estaba cerca del peliceleste el cual le observaba con mucha atención.

Para una próxima ya sabía dónde debía colocarlos, eso fue lo que pensó en primera instancia, pero ni siquiera tuvo tiempo de asimilar el deseo oculto tras su pensamiento.

Cada vez era más difícil engañarse. 

—No fue la gran cosa, hasta tuviste que completar mi trabajo—Taehyung desvió la mirada, su boca se curvó en una suave sonrisa, que trató de reprimir lo mejor que pudo, para que Jungkook no notara que aquel tonto cumplido llenó su corazón de regocijo. 

Era jodido volver a estar enamorado.

—Yo mismo fui el que te dijo que si no sabías donde iba alguna cosa, la dejaras en la isla—le tranquilizó, restándole importancia al asunto.

—No importa como fuera cualquiera podría hacer esto, realmente no es nada increíble o que necesite felicitación—aseguró convencido—. Aunque me alegra poder ayudarte, así se trate de una tontería como esta. 

—Entonces estaré feliz de seguir contando contigo. Por lo que espero no hayas cambiado de opinión y me ayudes a preparar el desayuno—Jungkook bromeó y el peliceste negó contagiándose de su buen humor.

Lullaby in the lake; JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora