ocho

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"Tú y yo, por siempre y para siempre"

La suave brisa de verano quien se aproximaba a mis mejillas, era conmovedora y relájate. Podía sentir aquel aroma a hierbas y naturaleza invadiendo todo mi ser. Y en la paz que encontraba al estar con mis tres tesoros, podía entender cual era el verdaderos significado de estar viva.

Del amor, del cariño y del confort.

Hange conservaba aquella sonrisa de costado mientras miraba hacia el cielo, girando su rostro de vez en cuando para observarme. Esto ocacionaba en mi un instantáneo sonrojo, quien solo podía pretenderlo a esa castaña de lentes.

Ella me enamoraba todos los días, lo hacía cada vez que me hablaba, cada vez que me decía amor, cada vez que me mostraba que nuestro amor, era simplemente eterno y verdadero.

"Lo nuestro es para siempre, querida" eso le gustaba repetirme cada vez que tenía la oportunidad, para luego, besarme y envolverme en sus firmes brazos, haciéndome sentir cuidada. Realmente no puedo negarme a considerarme de su propiedad.

Hange me despojaba de todo aquello que amé antes de su llegada.

Tan imprudente y tan inesperada. Así, tal y como lo es el amor.

—Esa tiene nube tiene forma de conejo... —Isabelle dijo mientras apuntaba el cielo con su dedo.

—Yo diría más bien a un perro —opinó Farlan.

—Un perro con mucha oreja—la carcajada de Hange me hizo reír por lo bajo gracias a lo que sus labios soltaron.

El pasto se entrelazaba en los dedos de mis pies, sentía la frialdad de ellas causándome un cosquilleo.

El lápiz se movía agilmente sobre la hoja, trazando sus figuras y tratando de que así, sean lo más parecidos posibles. Me gustaba dibujarlos, era una manera de tomares una foto, pero mucho más personal y con mucho más sentimiento.  Creo que hasta tengo un cuaderno especialmente para Hange, Isabelle y Farlan, para cada aventura de damos, para cada momento que nos dedicamos a vivir.

—¿Qué haces, amor? —las manos de Hange se posaron en mis hombros mientras se inclinaba un poco detrás de mi espalda.

—Los estaba dibujando —le respondí de manera suave y con una sonrisa, girando mi rostro y obteniendo una mínima vista del suyo.

Tomó el cuaderno de hojas lisas y lo observó durante unos segundos.

—Me gusta, pero me gusta más quien lo dibujó —sonrió de manera coqueta y lo dejó caer sobre la manta color cremita.

Rodé mis ojos al instante en que sus labios se juntaron con los míos, obteniendo el gusto dulce de ellos y aquellos quienes tenían el suave gusto a miel. Como siempre, cada beso de Hans era único y especial.

Cerré mis ojos para disfrútalo, pero se separó de forma repentina al poco tiempo.

—¡Auch! —se quejó tocando su cabeza —¿Quién fue?

Subí mi vista y pude ser a Levi acercándose con tantas bolsas que, claramente, eran cargadas por Erwin. Había goleando su cabeza con el libro que simple llevaba.

—Tch, no la beses, me da asco —dijo con cierto enojo y un gesto de disgusto.

—Perdón por llegar tarde, no encontramos lugar para estacionar —Erwin se disculpó y le dí una sonrisa al saber que todo estaba bien.

Hange comenzó a reír junto a mi, Levi realmente odiaba que nos besemos frente a él.  Y como costó que ella le termine de convencer.

"No se baña"

"¿Ya viste la nariz?"

"Tiene como 57 años más que vos"

Cosas que solo quedaron en el pasado y ahora, podría llegar a decir que se llevan muy bien. Era bastante tierno el ver como se abría a otra persona ajena a él, después de todo siempre le costó.

Tiempo después que Hans y yo nos hayamos mudado juntas, me contó que hablaron en privado, mi novia se había sorprendido de como, él le agradecía. Supongo que el hecho de haberme salvado de una horrible relación, una que nunca estuvo de acuerdo.

Pero, después de todo el dolor y tristeza, siempre llega la alegraría y los colores cálidos. Zoë representaba aquello que siempre estuve buscando, la felicidad y el sobre todas las cosas, el saber que nada podía lastimarme. El que, realmente merecía amor.

Ella era como, un hogar; cálido, reconfortante y muy bonito.

—¿Comemos, niños? —ella les preguntó a lo que asintieron y se levantaron, corriendo hasta nosotros quien acomodabamos la comida.

Suspiré antes de concentrarme en como cada gesto que hacía, era una hermosa nota de piano, un lindo y profundo poema que le leería a la madrugada. Luego de sentir sus caricias por horas y sus besos subidos de tono.

Afortunados eran aquellos que encontraron el amor.

Y que afortunada era yo, al no solo tener amor, sino también una familia.

Hange me calma.

Hange me ama.

Y por sobre todas las cosas, Hange está conmigo en las buenas y en las malas.

Porque simplemente y sinceramente, podríamos llegar a decir que estamos tan enamorada de otra, que hasta parecíamos volvernos tontas e incoherente con lo que decíamos o hacíamos.

Si tuviese un deseo, quisiera que esto sea para siempre.

No pude evitar sentir el como mis ojos, se tiñan de un brillo cristalino.

Realmente estaba feliz y eso era lo que importaba.
















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nota de autora:

creo que no hace falta especificar que
Hange y que (n) son 🌼😌😌

mis niños, mi amorcito y mis figuras paternas ♡♡

Tanyu.

Lovers rock | hange (oneshots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora