diecisiete

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"¿Por qué entonces?"

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"¿Por qué entonces?"

—¿Entonces? —ella me preguntó —¿Hange? 

—Sí…—susurré con un leve sonrojo en mis mejillas que gracias al calor natural, hacía que mi rostro sea aún más rojo. 

Estaba muriendo.

—Lo sabía —sonrió satisfecha.

Mi dedo recorrió el borde del vaso en un intento de mantener mi cuerpo en movimiento, realmente estaba tan nerviosa que se me era imposible mantenerme en pie.

La música cambiaba de forma repentina y las luces chocaban contra mí rostro. Nanaba seguía en su intento de sacarme más información de la que ya tenía y en menos de quince minutos, le había confesado mi amor por Hange que en este momento, desconozco donde está. 

La Hange de las fiestas es por excelencia, mi favorita, jamás se sabe que es lo que puede hacer o decir. Es como si, su personalidad alegre y cálida, se transformara en una más intensa. Esos cambios hacen que tenga mucho más interés en su persona. Era tan cambiante que jamás sabía con lo que me podía encontrar.

—Decile de una vez… —se quejó —no es muy difícil y aunque no fuera correspondido, Hange es muy buena como para ser cruel.

—No estás ayudando —dije —¡Ahh! no sé que hacer —dejé caer mi cabeza sobre su hombro y quedarme allí por el tiempo necesario hasta liberar mis nervios —¿Crees que le gusten las chicas?

—¿Me preguntas de verdad? —cuestionó y la miré —¿No la viste?

—Sí, pero… —desvié mi mirada y suspiré —no quiero dejarme llevar por su aspecto. Además, parece muy unida con Moblit.

—Para nada, es solo su amigo.

Nos quedamos en silencio, al menos tenía la seguridad que alguien estaba conmigo en esta.

—¿No sabes nada? —insistí —Por favor… sos más unida con ella.

—No te voy a decir nada —rió —, si queres saberlo, decile.

Dí un quejido de molestia frente a su juego. Nanaba y Hange al parecer eran unidas, aunque no quería darme ni una pista sobre lo que ella podía sentir por mi. Y así estuve por una largo tiempo, tratando de sacar una información que jamás obtendría.

Pero, mi atención su robada por su figura pasando por mis ojos, al instante sentí miles de emociones recorriendo mi cuerpo. Ella me miró pero antes que la sonrisa pudiera formarse en sus labios, se desvaneció en cuanto miró a quien tenía a mí lado. Vi cómo su ceño se frunció y giró su rostro, ignorándome

—¿Hum? 

Había estado más de diez minutos buscando a Hange, supongo que una fiesta no es muy buen lugar para decir algo que tendría que haber dicho hace meses.

Chocaba a la personas tratando de encontrar un hueco libre entre ellas y la oscuridad en conjunto con algunas copas de ese trago que me preparó Jean no eran una buena combinación.  De vez en cuando parecía tropezarme con mis propios pies.

Hange estuvo ignorándome la mayor parte de la noche, ni siquiera me saludó como usualmente lo hace; envolviendo sus brazos alrededor de mi cuerpo y dejando un beso en mi mejilla, casi tan cerca de mis labios que podía jurar que alguna vez, intentó besarme. Supongo que es normal, ella logra ser muy efusiva.

Al fin sentí un poco de aire fresco al salir y ver que no había nadie o al menos eso creía. Sentí una fuerte mirada sobre mi y cuando me giré a ver quien era, la apartó.

—Han… ahí estás —traté de sonar lo más normal posible aunque el ambiente tenso se sintió apenas se acerqué.

—¿Qué querés? 

Algo en su tono me llamaba la atención, pocas veces la vi así, solo cuando discutía con Levi y tenía que escucharla quedarse o cuando, habitualmente estaba enojada.

—¿Pasa algo? —pregunté.

—¿Por qué va a pasar algo? —me miró de reojo cuando me paré junto a ella, copiando su acción de recostar la espalda contra la pared.

—Mh, me estuviste enviando toda la noche… —rasque mi nuca con el calor ya presente en mi —¿Estás…enojada? 

La escuché chistar y rodar sus ojos. Aún si trataba de mostrarse indiferente, sus mejillas tenían un tono distinto cuando me dediqué a verla. 

Estaba completamente sonrojada.

 Creo que eso me dió la seguridad de que enojo no era.

—¿Qué hablaban con Nanaba? —preguntó luego de un incómodo silencio. 

De vos, obviamente. 

Estuve largos meses hablándole de Hange, hasta podría haberla cansado.

—Mhm…sobre…

—¿Sabes? creo que deberías invitarla a salir y dejar de ilusionar a los demás —cruzó sus brazos. 

—¿Hum?

—Sí, deberías dejar de jugar con los sentimientos de las personas. 

—No entiendo —dije —¿Jugar con quien? 

—Conmigo, es fastidioso que me trates así y no sientas nada.

Suspiré y me paré frente a ella.

—¿Crees que juego con tus sentimientos? 

—Supongo —movió su pie y pateó una piedrita mientras miraba hacia abajo.

Una risa salió de mis labios al instante, ocasionando que me miré confundida.

—¿Qué es lo gracioso?

—Que tonta —negué con mi cabeza mientras seguía riendo —Hange, no hay una persona allí adentro que me guste más que vos.

Ella se quedó helada y abrió lentamente sus ojos.

—¿Te gusto? —preguntó con una sonrisa de costado, anunciando su felicidad. Probablemente ya lo sabía o al menos quería una confirmación, un sí antes su incógnita antes de decirlo.

—Obvio que sí, desde siempre —suspiré y dejé caer mi frente sobre su hombro en una muestra de rendición. 

Sentí una risa nasal mover mi cabello. Su mano tomó de su nuca con leve fuerza y me obligó a mirarla.

—También me gustas. 

Con su otro brazo me envolvió en su cuerpo, aún sentía su sonrisa intacta. Luego de un rato subí mi vista y me le quedé viendo, disfrutando del silencio y del viento mover la copa de los árboles. Hange dibujaba sobre mi hombro descubierto. 

—¿Ya puedo besarte? —preguntó entre risas.

—Quizás.

Ella rodó sus ojos y se acercó a mí, dejando un corto beso en mi labios para luego abrazar mi cintura con fuerza. Me liberé un poco y puse mi mano en su mejilla, enterrando mi cabeza sobre su hombro. 

Sentía los latidos de su corazón y su respiración calmada, parecía jamás querer dejarme ir.


















Lovers rock | hange (oneshots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora