quince

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Por siempre.

—¿Está fría? —Hange me preguntó mientras dejaba caer un poco de agua sobre mis hombros.

El baño se llenaba de un tono cálido por las velas y el vapor de la tina, hacía que los vidrios se empañaran. Hange estaba junto a mi y aún después de unos largos minutos, no perdió la fé en hacerme sonreir.

Aunque hoy, mi rostro parecía estar lleno de tristeza y pintado de agustia.

Sobó mis hombros.

Las mangas de su camisa blanca estaban arremangadas mientras que con su sonrisa, hacía que todo sea menos pesado.

No siempre se puede tener días buenos.

Mi cuerpo estaba desnudo pero seguía manteniendo el calor corporal, abrazando  mis rodillas mientras trataba de respirar con calma. Contando mentalmente.

—Está bien —susurré para luego mirarla y sonreírle.

Su rostro tenía una tenue luz en el y apenas sus dientes relucienron, mi corazón latió con fuerza.

Tener el apoyo de Hans siempre era bueno, sea cual sea la razón, poder tenerla era lo único que deseaba. Tener de sus abrazos, besos o de solo sentir su calor una tarde de mierda como esta.

Es raro el sentir como alguien puede estabilizarme, como su simple presencia puede hacerme sentir bien.

Hange me calma.

—Vení —dijo y se levantantó, tomando de la toalla e invitarme a que me enrrolle en ella —, encontré algo para que miremos.

—Por favor decime que no son esos documentales —le respondí entre risas y mi cuerpo se envolvió en la tela blanca.

—Pensé que te gustaban —frunció el ceño y me miró.

—Solo lo decía para no hacerte sentir mal.

—Muy mal, señorita —contestó y sentí sus manos en mi cintura —. Ahora te voy a torturar con un maraton de ellos.

Me reí y mi cara chocó contra su pecho, quedando así por unos segundos. Sentía su corazón latir y sus manos subiendo por todo mi cuerpo hasta mi cabeza.

—Gracias —mi voz se quebró al instante.

—¿Por qué? —me preguntó y se alejó, lo sufiente para mantenernos cerca pero para lograr mirarme fijamente.

—Por estar.

Lo único que ví fue su sonrisa antes que me bese. Sus manos tomaron mi mejilla con delicadeza mientras se acercaba más ella, haciendome unas caricias.

—Siempre lo voy a estar.

Lovers rock | hange (oneshots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora