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"Aprendimos a amarnos cuando nadie más lo hacía"
Me quedé viendo la carta en mis manos por largos instantes en los que trataba que asimilar que todo esto, era una mentira.
La persona a la cual amé, quise, desee y miles de cosas más que no pudo explicar en este momento, se iba a casar.
Mi cuerpo dejó de pertenecerle y mi voz, dejó de ser su melodía cada mañana al despertarse. Simplemente, dejé de ser de su propiedad y pertenencia y ella, simplemente dejó de decirme a cada minuto un simple "sos mía"unas simples dos palabras que enriquecìan mi corazón de amor y también, de colores.
Unos colores que solo son conocidos por sus unos oscuros.
—¿Estás segura que vas a ir? —Hange me preguntó tan suave, entendiendo todo sin necesidad que diga algo.
—¿Tengo opción? —reí, con un increíble dolor en el pecho.
—Sigo sin creer que Mikasa te haya hecho esto —suspiró y frotó sus lagrimales —, no puedo entenderlo... fuiste su novia por..¿Cuantos?, ¿Dos?, ¿Tres?, ¿Cuatro años?
—Casi cuatro en realidad —dije mientras agachaba mi mirada. Mis pies parecían ser tan increíblemente llamativos, mucho más por esas medias de abejitas que me regaló la mujer junto a mi.
—Y fuimos compañeras de piso por casi dos años y te sigo escuchando llorar cada noche por ella —completó —. (N), no vayas si no podés.
—Tengo que —me levanté del sofá y traté de mostrar una sonrisa, cuando por dentro estaba tan destruida que escuchaba a mi alma gritar en miles de idiotas y conjugaciones.
Ella me miró desde lo bajo y conectó miradas conmigo.
—Mentile a todo el mundo, a Nanaba, Mike, Levi...pero nunca a mi —se paró y quedó frente a mi. Sentía mi corazón latiendo y siento un poco débil por quien hablaba.
Un poco muy débil.
—¿Qué pasa?
Sus manos recorrieron mis hombros para hacerme sentir un extraño sentimiento de confort. Sus caricias siempre eran distintas deacuerdo a la situación y siempre, pero siempre, lograba hacer en mi lo que ella quisiera.
Era una mujer hermosa. Pero no podía verla con otros ojos que no sea amistad, nosotras, tan diferentes pero tan iguales al mismo tiempo. Tan tercas, orgullosas y malhumorada cuando se nos permitía.
