Capítulo 6

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—Shachi... —hablo algo ronco dando manotadas, hasta que logro coger los dedos de sus pies—. Shachi apaga esa mierda.

—Mmn... —gruñe, dándose la media vuelta. Su pie está en mi estómago.

Ahora que cobro un poco de consciencia, recuerdo que nos fuimos de «El bar de la esquina» bastante tarde y nos vinimos directamente a su casa.

Tomamos como si no hubiese un mañana en nombre de los viejos tiempos, y... Un momento... Abro los ojos abruptamente. Entre Shachi y yo se halla alguien más. Volteo sobre mi hombro. Mierda. ¡Es cierto! Ya lo recuerdo todo; o al menos algunos fragmentos de lo que sucedió.

Después de que Jhanahy se fuera del bar y de que me quedé parado como idiota mirando cómo se alejaba el auto en el que ella se subió, me apoyé de espaldas en la pared y me fumé un cigarrillo.

Pensé y pensé en la manera en que la conocí, y que de eso apenas había pasado casi un mes, tiempo en que, en realidad, hube de recordarla en muchas ocasiones como la usuaria de la escoba domadora de borrachos, o la loca, o simplemente: la bruja, y que era cosa que me hacía sonreír sin falta.

La única verdad es que me imaginé subiendo a mi motocicleta para seguir el automóvil y así descubrir su dirección, pero, ¿para qué? Pues quién sabe. Lo cierto es que deseaba que ella regresara a la mesa para poder continuar con mi búsqueda sobre algo que me hablase de su persona pero, se había ido y no había vuelta atrás.

Sentí que quería verla de nuevo, pero lo que no logré admitir fue que odié que se marchara.

Minutos más tarde regresé a la mesa junto a Bella y Shachi. Bebimos y conversamos por un rato mas hasta que la atmósfera cambió, y, pasamos de trivialidades a temas más adultos. Cuando lo noté, ya habíamos decidido venir a casa un poco pasados de copas, y acabamos haciendo un trío.

Maldita sea. Al final, sí me follé a Bella aunque ya no se me antojaba.

—Shachi —ronronea ella, sonando un poco aniñada—. Apaga la alarma.

Ahora que lo pienso, anoche que terminamos nuestros asuntos, Bella se quedó en medio de Shachi y yo. Poco soporté aquello y me acosté al lado contrario porque quería un poco de espacio. Lo cierto es que no me gusta dormir con ninguna mujer. Siempre que termino mis deberes con ellas, las dejo en la cama y yo ocupo el sofá. Soy muy ajeno al contacto físico innecesario y lo siento, pero solo busco sexo, no compañía y mucho menos confort.

Levanto un poco la sábana y noto que sigo desnudo. Suspiro. Me acobijo de pies a cabeza. Advierto una rara mezcla entre arrepentimiento y resignación. No quería acostarme con Bella, aunque todavía no comprendo el porqué.

Me descubro un poco y miro hacia algún punto fijo de la pared a mi extremo izquierdo. Hay un cuadro que pinté hace un tiempo... Lo había olvidado. Estaba obsesionado con las sirenas para ese entonces.

Me decía a mí mismo que esas criaturas no podían ser tan bellas como las describían en las leyendas de los libros, y ahora me resulta curioso el haber apodado «sirena», a esa mujer que no sale de mi mente pese a que nunca he visto su rostro.

Suspiro con pesadez.

¿Qué estará haciendo Jhanahy? ¿Cómo le habrá ido con su marido anoche? ¿Estará bien?

Me siento abruptamente y me dispongo a apagar la maldita alarma. Recojo mi ropa, y volteo hacia Bella que está abrazando a Shachi.

Camino hacia el cuarto de baño y regulo la temperatura del agua para darme una ducha rápida. Recibo cada gota en la cara. Suspiro mientras me paso las manos desde la nuca hasta mi frente.

EL AMANTE ━━  [En curso] 《34》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora