Capítulo 5

976 226 272
                                    

—Hola, Jhanahy —la saludo, con la intención de no ser el pesado de la noche. Le dejo ese puesto a ella si así lo desea.

—Ah, tú —murmura tornándose seria.

Estira una mano en mi dirección, la cual estrecho para después inclinarme a dejarle un beso social en la mejilla.

Un momento. Este perfume... Ella... Ella huele igual que... No. Debo estar mal de la cabeza. Bueno, tampoco es como que no exista la posibilidad de que la sirena y Jhanahy usen el mismo perfume, aunque es una gran coincidencia.

Ésta, definitivamente no es la misma mujer que conocí hace varios días en éste sitio. No se le parece en nada a la chica de las feas zapatillas negras que usaba el horrible vestido gris. No, no luce como esa que llevaba el cabello recogido en un moñito estilo: abuelita de Piolín.

No es la mujer que se abrigaba con el cárdigan de su abuelito con el cual la acusé de intentar coger vuelo desde La torre de Pisa.

La bruja usuaria de la escoba domadora de borrachos, ese día lucía ojerosa, como si hubiese llorado durante muchos días e interminables noches en las que no pudo conciliar el sueño.

Parecía una señora solterona de unos treinta y tantos cuya amargura podía espantar incluso a la persona más alegre, positiva, amable, amistosa, y paciente del planeta.

Era como si estuviese cansada de la vida y de cada cosa que surgiera y que la incluyera; más bien, como si sus ojos gritaran su enojo con el mundo. Me parece que no deseaba que algo traspasase esa barrera invisible detrás de la cual se resguardaba. ¿Y hasta en este momento lo medito así?

Supongo que en ese entonces me enfocaba solamente en Bella. No es como que ahora me importe algo sobre la bruja que ya no luce como una bruja pero que quizá sigue siendo una bruja pese a lucir preciosa.

—¿Cómo estás? —le pregunto, mirándola a los ojos.

¿«Cómo estás»? ¿Es en serio? ¡En mi puta vida le he preguntado eso a una mujer!

Siento que algo extraño acaba de recorrer mi cuerpo de manera fugaz. Es como si una ligera corriente eléctrica hormigueara entre su mano y la mía.

Su mano... vaya, su mano es muy pequeña, frágil, suave, y cálida. ¿Por qué no noté esto la vez pasada?

—Bien, ¿y tú? —me pregunta tornándose algo roja.

¿Pero qué le pasa?

No. Creo que aquí la pregunta es, ¿qué me pasa a mí?

—Bien, también —respondo sin poder dejar de mirarla.

Siento que... ¿Qué es esto?

Shachi aclara la garganta. Volteo hacia él. Lo veo rascándose la ceja mientras ladea la cara algunos grados hacia la izquierda. Hace un gesto con el que parece querer comunicarme algo, pero no me entero muy bien.

Miro a Bella, que se acaricia el brazo izquierdo como si tuviese frío. Tiene la atención puesta en algún punto del piso.

—Podrías... —me dice Jhanahy, logrando que voltee hacia ella. Tiene el ceño fruncido. Se ha tornado seria—, ¿podrías devolverme mi mano?

EL AMANTE ━━  [En curso] 《34》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora