EL AMANTE ━━ [En curso] 《34》

Capítulo 20

Holiwi. ❤️

Iba a dormir hace una hora pero, me puse a pensar en que habría deseado dejarles hasta el capítulo 20 cuando publiqué la maratón hace dos días y pues, me puse en modo Flint Lockwood con el teclado para traerles la antesala de todo lo que se avecina. Solo digo. 👀

Fumo un cigarrillo mientras contemplo el despejado día desde mi balcón trasero. Son quizá las dos de la tarde.

Tengo los codos apoyados sobre la baranda de concreto cerca de los maceteros con flores de diferentes tipos y colores. Mi mano izquierda sostiene mi Peroni, y la derecha el filtro del cual inhalo.

Miro sobre mi hombro a mi extremo derecho pensando en que a lo mejor Jhanahy no se encuentra en casa.

No he sabido nada de la maniática y desconfiada criatura desde ayer cuando estúpidamente, me dejé llevar por mi impulso y le dije que quería estar a su lado porque estaba enamorándome de ella.

Resuena en mi cabeza esa risa fingida que soltó después de un instante en el que me vio a los ojos con cierto deje de ruego y necesidad; me dio la impresión de buscar algo en ellos.

Después, su gesto que pretendía denotar diversión, me pareció más como de decepción.

Me dijo que de alguna manera y pese a sus sospechas del mundo en general, me creía aunque fuese un poco mejor que el resto, pero que estaba equivocada, porque yo era el peor de todos.

—¿Cómo puedes decirme tan casualmente que te estás enamorando de mí? —me preguntó con ojos enrojecidos en tanto se esforzaba por mantener la mueca de burla e incredulidad con la cual intentaba ocultar su verdadero estado emocional.

Definitivamente sus lindos pero vacíos orbes castaños la delataron en todo momento, mucho más cuando me exigió mantenerme alejado de ella después de que me gritó que estaba loco si en serio yo pensaba que ella iba a creer semejante tontería por mi parte.

Soy un idiota.

Aún en vista de que la situación se me había ido de las manos, intenté abrazarla, pero tan solo conseguí que me empujara con una fuerza que un pedacito de persona como ella no debería poseer.

Logró hacer que retrocediera dos pasos antes de echarse a correr, y cuando la seguí para cogerla de la muñeca volteó y me dio una doble bofetada.

Lloró recalcándome que ella no era la zorra que yo pensaba, y que jamás volvería a dirigirme la palabra.

Me quedé en sitio sintiéndome como un completo imbécil por no haber sabido manejar la situación.

Todo salió mal.

La primera vez que me confesé y me fue de lo peor...

Estoy seguro de que si yo fuese un tipo que miente, que engaña, y que se aprovecha de las mujeres, entonces habría tenido éxito con Jhanahy porque quizá contaría con la experiencia y el repertorio de esos truquitos de mierda para tornar cada cosa a mi favor.