Capítulo 14

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—¿Qué haces? —me pregunta Shachi, sentándose a mi lado.

Creo que sostiene la taza de chocolate caliente que se preparó hace rato. Yo me he acabado la mía. Me encuentro en el sofá, trazando líneas que no toman forma porque estoy obsesionado con intentar dibujar algo que no sea el rostro de Jhanahy.

—No tengo idea —le respondo, aún sin voltear a verlo.

—Oye, ella está bien. Al menos me respondió el mensaje de texto y dijo que ya estaba llegando a casa.

Inhalo con los labios ligeramente separados antes de restregarme la cara con la mano izquierda.

La casa de campo de Shachi se localiza a cuarenta minutos en motocicleta desde aquí, y tomando en cuenta la hora en la que se marchó, diría que le tomó más de cinco horas poder llegar a su casa. Maldita sea, seguramente sí caminó la mayor parte del trayecto, y lo hizo bajo la lluvia.

No solo debió soportar frío, también corrió peligro al caminar sola desde esa distancia tan alejada de la zona urbana. Pudo ser interceptada por algún maleante. ¿Es que acaso no pudo ver en su bola de cristal lo preocupados que estábamos y lo mucho que la buscamos? ¿De verdad fue incapaz de sentir un poco de consideración? ¿Por qué es tan impulsiva?

Si tan solo Tabitha nos hubiese informado a tiempo que la loca se había marchado..., pero cuando lo hizo ya era demasiado tarde. De igual manera no es culpa suya porque esa loca, ¡está loca!

No puedo negar lo cabreado que estoy con Jhanahy, y por más vueltas que le de al asunto, todavía no soy capaz de descubrir cuál fue exactamente el desvío que tomó, ya que salimos a buscarla y no logramos alcanzarla.

Shachi corrió a coger uno de sus autos, Bella condujo otro; dos tipos del personal de vigilancia hicieron uso de sus vehículos a todoterreno, y yo me apresuré a montar mi motocicleta. No había señales de ella. Fue como si la tierra se la hubiese tragado.

¿Cómo pudo llegar lejos en esa hora de ventaja que nos llevaba?, ¿y con esas piernas tan cortas?

Seguramente se largó en su tonta escoba y surcó los cielos a la velocidad de una tortuga.

Son las nueve de la noche, y la desconsiderada no tuvo la decencia de coger el maldito móvil para darme aviso de que estaba bien, y que ya abría el portal del edificio donde vive.

Bueno, no es como que hubiésemos intercambiado número de móvil tampoco; y dado que no le respondió a Bella, al menos le contestó a Shachi el mensaje que éste le envió presentándose después de que la otra le diera su contacto para probar suerte.

«Oh, por favor perdóname por haberme ido sin más, Shachi, pero debía hacerlo. Gracias por tu hospitalidad y por ser tan amable conmigo; sobre todo, muchas gracias por preocuparte. Estoy bien. Apenas llego, y ya me encuentro abriendo el portal».

Lindo mensaje de texto, pero olvidó mencionar: «¿podrías decirle al idiota de Law que estoy bien?» ¡Ni siquiera me tomó en cuenta!

Para variar, pese a que Shachi me ha pasado su número de móvil no puedo llamarla para decirle un par de cosas puesto que podría meterla en problemas con el idiota de su marido.

Además, mi estúpido amigo me ha pedido que no la llame y que no le escriba, porque teme que se moleste al saber que me dio su contacto después de que Bella se lo diera a él.

¡Estoy que me lleva el demonio! ¡Pero ya se va a enterar!

Pobre de ella si llego a encontrármela nuevamente. Espero que no use un hechizo de camuflaje para ocultarse de mí.

Estoy realmente cabreado porque se hubiese ido sin decir nada, pero lo estoy aún más pensando en que podría enfermar, ¡y todo porque es una impulsiva de lo peor!

EL AMANTE ━━  [En curso] 《34》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora