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Cale Chade.

Cuando el sonido de la alarma me despertó, solté un quejido.

Con mis ojos aún cerrados, comencé a buscar mi celular para poder apagar aquel horrendo sonido que mi madre me había configurado para no perderme las clases. 

Me senté en mi cama, y observé todo el desastre en la habitación. Los desechos de los condones estaban regados por toda la habitación. Miré a mi lado derecho, donde el omega con el que me había acostado se encontraba durmiendo. Irritado, lo empuje con fuerza fuera de la cama.

―¿Por qué sigues aquí? ―hablé restregándome los ojos con mis manos, tratando de deshacerme del sueño, para después ponerme de pie, y caminar hacia el omega que había tirado al suelo.

El omega me observó desde el suelo, su cuerpo temblaba de miedo. Ladee la cabeza. Moretones cubrían todo su cuerpo, pero especialmente en su rostro. Sonreí de lado, y entonces el chico apartó la mirada, cubriéndose el cuerpo con las sábanas.

Me hinque ante él, y tomé su rostro. Lágrimas comenzaron a salir.

―No más, por favor ―susurró completamente destruído.

Sonreí ampliamente.

―Claro que no, tengo clases, no vale la pena que pierda clases por ti ―él seguía evitando hacer contacto visual conmigo―, tus gritos eran molestos, pero... te ves mejor de esta manera ―dejé un beso en su mejilla hinchada y de color morada, el chico tembló con un sollozo. Solté una risa―, pero no te preocupes, me aseguraré que la disquera te preste más atención, ¿hmm? ―pregunté para después soltar su rostro de manera brusca―. Ahora lárgate.

El chico se levantó y salió corriendo de la habitación.

Solté un suspiro lleno de cansancio.

Hoy sería el día que regresaría a la universidad después de haberme tomado un año. No tenía los ánimos de asistir de nuevo, pero le había hecho una promesa a mis padres. No tenía otra escapatoria, al ser hijo único, debía de hacerme cargo del "imperio" que la familia Chade había creado.

Era yo, o el tarado de mi primo. Y no iba a dejar que un imbécil derrumbara a los Chade.




Una vez estuve listo, salí del departamento para ir a mi auto, y una vez dentro, marqué el número del asistente Yellow.

―¿Sucede algo, joven Chade? ―preguntó el hombre del otro lado.

El asistente Alexander Yellow era un hombre de treinta años que mi padre había asignado para mí.

―Necesito que llames al equipo de limpieza a mi departamento ―encendí el auto, y comencé a conducir hacia la universidad.

La prensa solía ser algo pesada.

―... De acuerdo, no hay ningún problema.

Solté una pequeña sonrisa, y entonces colgué.

A darle a esta mierda.





Mientras caminaba por el campus, varias personas me saludaban y susurraban. Era normal, algo a lo que estaba acostumbrado, pues al ser un Chade, recibir este tipo de reacciones eran de esperarse, y no era algo que me disgustara por completo.

―¡Cale, regresaste! ―gritó un chico con emoción.

Era Dyon, el único beta que logró ser soportable, además, venía de una buena familia, pero nada comparado a los Chade. Además, era mi más confiable fuente de información... a veces solo decía cosas innecesarias, pero era confiable.

Got Ya (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora