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Cale Chade.


Nunca había sufrido de un celo tan intenso en mi vida, pero me sentía fresco. Nunca me había sentido así de brillante en un largo tiempo.

Estaba sentado en la sala de estar, mientras esperaba a que Ryle terminara de vestirse para ir a ver a su madre en uno de sus chequeos en el hospital al cual yo solía ir, además de ir con el doctor Trévne para revisar el asunto de la marca y predecir con exactitud la fecha en la cual ésta desaparecería.

―Estoy listo ―anunció mientras salía del cuarto.

Le había quitado la cadena y el collar, pero le había puesto un brazalete que tenia la misma función que el collar. Planeaba otorgarle un poco de libertad, pero eso no significaba que podía volar lejos de su jaula, tenía un dispositivo GPS donde podía determinar su ubicación exacta a tiempo real, solo que el no sabía nada de esta información extra.

―Te ves demasiado bien en mi ropa ―elogie mientras le daba el último trago al té de limón que me había preparado yo mismo, para después dejar la taza sobre la mesa.

―... ¿Nos vamos? ―preguntó ignorando mi comentario.

―Ouch ―solté con fingida tristeza, pero en seguida puse una sonrisa en mi rostro―. De acuerdo, vámonos ya.

Me puse de pie mientras me ponía unos anteojos de sol color negro, y entonces lo tomé de la mano.

El me miró con el entrecejo fruncido.

―¿Qué haces? ―preguntó molesto.

―Me aseguro que no vayas a salir corriendo ―le di un casto beso en el dorso de su mano mientras lo miraba a los ojos y le sonreí―, ahora sí, salgamos ―sonreí aún más al observar sus orejas levemente sonrosadas.

Comencé a caminar hasta la puerta sin soltar su mano ni un segundo, ignorando los intentos de Ryle por intentar soltarse de mi agarre.



Una vez dentro del Cadillac, y teniendo a Ryle sentado junto a mi en el lado del copiloto, que aunque al inicio podía notar su incomodidad, con el paso de los minutos Ryle comenzó a relajarse. 

Cuando nos detuvimos en una luz roja, me gire a verlo. Su perfil parecía tan... perfecto. Tenía una hermosa cara angular, que parecía ser esculpida por ángeles, tratándolo con cuidado. Aunque tenía facciones marcadas, lograba verse de alguna manera tierno. 

Sin duda Ryle era un hombre atractivo, ¿Cómo era posible que jamás hubiera mantenido una relación? Pudo haber tenido a cualquier persona sin esfuerzo. 

Sin pensarlo, estire mi mano hasta su mejilla y la acaricié con el dorso de mi mano. Ryle la apartó con rapidez, mirándome con molestia.

―¿Qué estás haciendo? 

Sonreí de lado.

―Apreciando el arte ―solté mientras volvía mi mirada al frente y avanzaba.

El auto se quedó en silencio. 

Ryle soltó un suspiro, y entonces, puse mi mano en su muslo, mientras mantenía mi mirada atenta al frente. Y escuché el chasquido de lengua de Ryle, demostrando que le molestaba mi agarre.

Sonreí divertido. Es que era tan placentero el verlo molesto.

―¿Me tienes que estar toqueteando todo el maldito tiempo? ―rechisto.

Podía sentir su mirada llena de hostilidad sobre mi, lo cual solo provoco que mi sonrisa se mantuviera aun más grande.

―La verdad si por mi fuera, ahora mismo estaríamos teniendo sexo día y noche ―contesté encogiéndome de hombros.

Got Ya (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora