Got Ya (omegaverse)

Final

Ryle Allen

Me quedé helado al escuchar la última frase que había gritado el pequeño.

Chade, ese era mi Cale Chade. Intenté correr, pero Chad me tomó por la muñeca, deteniéndome.

―¿A dónde vas? ―preguntó luciendo confundido y desesperado.

―Necesito alcanzarlo, suéltame Chad ―pedí mientras miraba con desesperación la puerta.

―No, ¿por qué tienes que ir detrás de esa gangster? ¿Acaso te tiene amenazado? ―comenzó con su interrogatorio estúpido. 

―Chad, te lo pediré por última vez, suéltame ―dije mientras trataba de mantener la calma.

―No, pero...

Me solté de su agarre, ignorando por completo lo que sea que fuera a decir a continuación. Tenía que detenerlo.

Pero para cuando había salido, ya no había rastro de Cale, pero, por primera vez, pude oler a la perfección su aroma. Menta y sandía.

Y estaba seguro que ese alfa era mío.

Pronto, mi celular vibró desde mi bolsillo trasero, así que con rapidez lo saque y revise la notificación. Era de un número desconocido.

"Te espero en el departamento a las 10".

Me quede quieto observando la notificación; ese mensaje era de Cale, mi Cale. Tan trastornado como siempre, consiguiendo mi información de otros. Reí con sinceridad. Mi enfermo mental estaba de vuelta. Pronto borre mi sonrisa, y deje escapar un suspiro.

Sin esperar más, regrese a la cafetería, y me encontré con la mirada confundida de Chad y los demás empleados, pero simplemente decidí ignorarlos, tenía que trabajar bien el día de hoy, porque no estaba seguro si mañana podría venir a trabajar.

Apenas termine de cerrar la cafetería, todavía me sobraba tiempo para llegar puntual, pero una familiar voz me llamo la atención.

―Ryle... ¿de verdad seguirás rechazándome? ―preguntó Chad en un hilo de voz.

Me voltee a verlo, manteniendo mi distancia hacia él.

―Chad, yo jamás en la vida tendré sentimientos por ti, porque mi corazón ya tiene dueño, ¿de acuerdo? ―contesté mirándolo, pero él evitaba mi mirada deliberadamente―. Lamento que te hayas enamorado de una basura como yo, pero por fin tengo la oportunidad de estar con mi amado, y no la dejaré ir ―sonreí ampliamente, y no desperdicie mi tiempo, y me subí al auto.

Conducí lo más rapido que pude, incluso aunque ya estaba en el elevador, se me hacía eterno el poder llegar. Pero cuando finalmente estuve detrás de la puerta, me detuve abruptamente.

Tenía miedo que todo fuera una ilusión o sueño mío, que cuando abriera esa puerta, despertaría y mis días volverían a ser solitarios de nuevo, extrañando a un hombre que posiblemente este muerto. Apreté mis labios, y cuando estuve a punto de abrir la puerta, ésta fue abierta abruptamente, dejándome por completo sin aliento.

Del otro lado de la puerta, un hombre de hermosos ojos verdes parecidos a la esmeralda me dejaron petrificado. 

―Este momento me parece muy familiar ―habló finalmente, el hombre que tanto espere por cinco años.

―Cale ―logré decir en un suspiro.

El sonrió de lado, y asintió―. El mismo, cariño ―respondió con aquél tono seguro y soberbio que tanto lo caracterizaba.