Got Ya (omegaverse)

20

Ryle Allen.

Cuando Cale salió corriendo, simplemente me quedé parado, atónito por lo que acababa de ver. Di un paso adelante para ir detrás de él, pero entonces me detuve de inmediato. ¿Estaría bien que lo siguiera? No, no sentía que podía hablar con él ahora mismo, si seguíamos hablando, acabaría diciendo cosas que no quería decir.

Con mi cabeza repleta de pensamientos acerca de Cale, decidí asistir a mis demás clases. Aun cuando no fuera capaz de prestar atención a ellas.

Cuando terminó mi última clase, salí disparado hacia el departamento mientras sentía mi corazón latir con fuerza, pero aun así, mis pensamientos se encontraban un poco más ordenados. Me encontraba dispuesto a hablar con él.

Al entrar, me encontré con una leve oscuridad dentro del departamento, sintiendo un olor dulzón a sandía cubrir de manera fina el espacio. Eso me hacía pensar que el Sr. Yellow estaba aquí.

Una puerta fue abierta, y entonces escuché unos pasos apresurados bajar por la escalera. El omega que estuvo con Cale, caminó de manera rápida hacia mí, y soltó un golpe a puño cerrado contra mi mejilla, volteando mi mirada.

Me quedé quieto, mientras sentía el dolor hormigueante en mi mejilla. Me contuve para no responder de manera agresiva, al final de cuentas, él era el padre de Cale.

―¿Cómo te atreviste a hacerle eso a mi cachorro? ―susurró con desprecio.

Agache la mirada para poder conectar sus ojos con los míos. No lo mire con odio o desprecio, simplemente lo miré sin ningún sentimiento. Ni positivo, ni negativo.

―Cale me hizo cosas aun peores ―le respondí de vuelta―. Y usted lo ayudo, ¿no es así? Siempre recogiendo el desastre que hace su hijo, porque no puede acercarse a él con la mirada en alto ―hablé mientras observaba cómo sus ojos comenzaban a oscurecerse con culpa―. Es un asunto entre Cale y yo, además, él no morirá de un rechazo de mi parte, ¿entendido? 

El me miró con recelo, y entonces apretó sus manos hechas puño. Me preparé para recibir otro golpe.

―No te acerque a él, ¿entendiste? ―me miró amenazante―. Estuvo a punto de morir hace tiempo después de perderlo, ¿cómo te atreves a decir algo como eso? ―preguntó tomándome del cuello.

Me quedé estático y él también pareció darse cuenta de lo que me dijo. Su mirada perpleja me hizo darme cuenta que había dicho algo que no debía. Y aquello solo me hizo sentir curiosidad.

―¿Qué...?

―Solo... no te acerques a él con falsas esperanzas, porque si lo haces, te mataré yo mismo ―amenazó y entonces salió con prisa del departamento.

Me quedé quieto en medio de departamento tratando de procesar lo que había pasado. ¿Por qué era yo quien salía amenazado? Nada tenía sentido. ¿Por qué no podía sentir tranquilidad?

Desde que había conocido a Cale, nada había sido como antes. Si el se va... ¿mi paz volverá? Es una pregunta que me había hecho hace tiempo, pero cuando estuve un mes sin la presencia de Cale, aunque todo era pacífico... no era lo mismo. Ya nada sería igual después de él.

Apreté mis manos hechas puño y subí con prisa a mi habitación, quería tomarme una ducha para poder relajarme y hablar con tranquilidad con Cale. Pero la imagen que encontré en mi cama, me dejó sin palabras.

Era Cale en el centro de mi cama, rodeado de mi ropa, como si se tratase de un nido hecho por un omega. Dude en entrar mientras sentía mis orejas arder, pero al final lo terminé haciendo. Él parecía haberse quedado dormido mientras lloraba, pues las lágrimas que se habían secado en sus mejillas contaban como evidencia.