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Ryle Allen.


Esta vez, podía recordar por completo lo que había hecho, y aunque no había sido algo que yo quería hacer, tampoco había sido algo forzado.

O al menos no del todo.

La verdad ya no entendía qué era lo que pasaba. Miré la cadena que me tenía atado a la cama, y luego observé a Cale. Desde este punto de vista no parecía un bastardo enfermo.

Pero ahora este bastardo enfermo, tenía mi marca

Observé el reloj que estaba colgado en la pared, e indicaban que eran las ocho de la mañana. Solté un suspiro lleno de cansancio..

No había podido dormir en toda la noche por dos simples razones.

La primera razón es; tuve sexo con Ryle hasta que se desmayo del cansancio, y la segunda es porque estaba experimentando de un maldito insomnio, porque de alguna manera, me sentía culpable. 

La única razón por la cual lo había marcado, era por el vínculo que se creaba. Esto me permitiría controlarlo mejor.

Me mordí el labio inferior, podía notar algo diferente en mí, y era que podía liberar las feromonas que yo quisiera. Nunca había sentido este control en toda mi vida, ni siquiera con las medicinas que tomaba. Escupí una leve sonrisa.

Aunque mi consciencia se sentía culpable de haber mordido a Cale, la verdad era que trataba de quitar ese pensamiento. Ser marcado en estos tiempos no era tan común, solo pocas personas lo hacían. 

Porque ser marcado era considerado peligroso y controversial.

Me levanté de la cama para comenzar a esculcar los cajones que me rodeaban. Saqué ropa interior y un pantalón deportivo gris junto a una camisa blanca, para después, entrar a la ducha sin poder cerrar la puerta por culpa de las cadenas.

Una vez había terminado y estaba vestido, salí de la ducha mientras con una toalla pequeña me secaba mi cabello. Me había sorprendido al encontrarme diferentes tipos de cremas para el cuidado de la piel facial y corporal.

Al elevar mi mirada, vi que Cale ahora se encontraba en la cama sentado mientras miraba fijamente al piso. Hasta que se dio cuenta de mi presencia. Se levantó, y en cuanto me di cuenta de sus intenciones, decidí probar algo que quizá podría darme una ventaja.

―Detente ―ordené.

Cale se detuvo abruptamente. Suspire con alivio. 

Pero entonces vi como intentaba resistirse, trague nervioso.

―Maldito... bastardo ―murmuró entre dientes.

Lucho para entonces intentar abalanzarse contra mí.

―No avances más, ¿no entiendes? Ponte de rodillas ―exigí con voz fuerte y clara.

Y en seguida cayó con un golpe seco.

―¡Agh, mierda! ―exclamó molesto.

Y por un segundo, se me olvidó que el tenía otra manera de controlarme. Aquella sensación de electricidad me recorrió todo el cuerpo, y entonces caí de rodillas por el dolor.

Cale aprovechó para ponerse de pie, y darme un golpe en la mandíbula con su rodilla y luego me pateo justo en el estómago.

―¡Eres un maldito bastardo estúpido! ―rugió molesto para después comenzar a golpearme el rostro―. ¿¡Cómo te atreviste a poner tu sucia marca en mí!? ―me tomó por el cuello de la camisa, mientras sus ojos verdes parecían rojos de la furia y la vena de su cuello parecía a punto de estallar.

―De la misma manera en la que tu te atreviste a encerrarme y tratarme como un animal exótico ―le respondí sonriendo levemente. No era algo que quería hacer, pero la marca era lo único que me podría medianamente proteger de él―. ¿Ahora quién tiene a quién Cale? 

Cale apretó la mandíbula con fuerza y entonces volvió a darme otro puñetazo en el rostro. Escupí sangre.

―Te voy a matar ―declaró.

Sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo. Parecía hablar en serio.

―Si me matas, te mueres conmigo ―le recordé―. Estas conectado conmigo, recuerda.

El se mordió el labio inferior con fuerza hasta que logré ver un hilo de sangre bajar. 

Y entonces soltó una risa mientras me dejaba ir y se puso de pie, mientras se tapaba el rostro. Hasta que su risa paro, la habitación se hundió en un mortal silencio.

Cuando se quitó la mano de la cara, manteniendo su mirada en el techo, posó sus ojos vacíos en los míos.

―¿Deberíamos de morir? ―preguntó. Tragué con fuerza. Se veía completamente perdido―. Dime, ¿Cómo quieres morir? ¿Electrocutado? ¿Debería de golpearte hasta la muerte? ¿O romper cada maldito hueso de tu cuerpo y luego cortarte en pedazos mientras sigues vivo? ¿Hmm? ¿Cuál prefieres? ―preguntó poniéndose de cuclillas con una mirada desorbitada.

―Estás... completamente enfermo ―dije mirándolo con el entrecejo fruncido. Este tipo estaba completamente loco.

Fue entonces que se volvió a poner de pie, y soltó un suspiro.

―... No puedo morir de todos modos ―susurró más para sí mismo. Se volteo a verme con una sonrisa―. Estas de suerte, parece que no morirás dentro de los siguientes seis meses, porque tengo negocios de los que hacerme cargo ―me informó manteniendo su sonrisa.

―... ¿Seis meses? ―pregunté confundido.

―Así es, eso es lo que deberá de durar tu marca en mí ―respondió mientras se limpiaba la sangre que tenía en la barbilla.

―Pero soy un dominante con problemas de feromonas... no creo que eso sea lo que vaya a durar... ―respondí en un tono bajo. 

La sonrisa de Cale se borró de golpe y entonces sacó algo de su bolsillo y lo lanzó hacia mí dándome justo en la frente. Solté un quejido mientras tomaba lo que me había lanzado.

Era una llave.

―Lárgate de aquí ―ordenó con la mirada oscurecida.

―¿Qué?

―¡Que te largues! ¡No quiero ver tu puta cara cerca! ―gritó molesto―. Pero si abres la boca sobre lo que pasó aquí, no solo te desapareceré a ti, tu familia se irá a la tumba primero, ¿entiendes? ―amenazó. Apreté los puños

Y entonces salió de la habitación.

―Mi celular... ―se lo iba a pedir pero ya se había ido.

Me iba a poner de pie, pero la patada que me había dado, me había lastimado tanto que me era difícil el ponerme de pie. Probablemente me había roto unas cuantas costillas.

Después de unos minutos, pude escuchar una puerta ser azotada con fuerza. Decidí quitarme la cadena que me ataba a la cama, pero esta llave no abría el collar. 

Chasque la lengua con molestia.

Aún así, debía de salir de aquí.

Salí de la habitación para buscar a cale. Al abrir la puerta me encontré con un pasillo, y entonces salí. Bajé las escaleras y me encontré con un comedor, la sala y la cocina. Corrí hacia la puerta para intentar salir. Pero tenía seguro. 

Mierda, si me había dicho que no quería verme, ¿por qué cerró con llave?

Decidí buscarlo, pero no logré encontrarlo. Intenté sentir sus feromonas, y solo me sirvió para comprobar que Cale había salido del departamento, sintiendo su sofocante ira.

Decidí esperarlo aquí, solo esperaba que no tardará demasiado. 

Yo también debía salir de aquí.


Got Ya (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora