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Ryle Allen.


―¿Por qué decidiste secuestrarme? ―pregunté sin hesitar.

―Porque eras un alfa dominante, y como nunca había visto a uno, mi curiosidad por verte rendido ante mis pies era excitante, sin darme cuenta, comencé a volverme codicioso por ver distintas emociones en tu rostro, y sentía que debía mantenerte a mi lado... verte enojado era algo que me excitaba demasiado ―contestó sin rodeos.

Yo, por otra parte, estaba procesando la información que me había dicho. 

―¿Qué fue el supresor que me hiciste tomar? ¿Y esa droga afrodisiaca? ―pregunté, sintiendo un sabor amargo en mi boca.

―El supresor que te di, va a salir en el mercado dentro de poco, es para aquellos, alfas y omegas, dominantes o con problemas para manejar sus feromonas ―comenzó a explicar―. ¿No has notado el incremente de secuestro de omegas? 

―Sí, ha salido demasiado en las noticias.

―Mi meta era crear una droga que los hiciera pasar como betas, y así pudieran salir sin miedo a nada ―informó―. Y el afrodisíaco era mi aroma en pastillas, si alguien lo toma, solo me obedecerá a mí, lo acabo de descubrir hace unos meses, por lo que no fuiste el primero en probarlo ―informó mientras jugueteaba con los bordes de mi sudadera.

―Aunque me usaste para un bien mayor, no te perdono lo que me hiciste pasar ―declaré. Él asintió mordiéndose el labio inferior, evitando mi mirada―. Entonces, ¿quién es el chico que vi en una foto que estaba dentro del libro?

Cale se tensó.

―El... era mi omega, quien cargaba a mi cachorro, y... mi predestinado ―respondió alejándose de mi lado. Deje que se alejara y se sentara junto a mí.

Me quedé quieto después de escuchar la palabra "predestinado". Aquél término, aunque ahora se creía un mito por la baja probabilidad de encontrarlo, era algo que era tan raro de escuchar en estos tiempos.

Tener un predestinado, es tener a tu pareja de toda la vida, donde un vínculo es creado sin necesidad de una marca. Y es de ley, que si uno muere, la otra persona morirá con él por culpa de la tristeza infinita.

―Pero... ¿cómo...?

―¿Cómo es que sigo vivo? Es sencillo ―se burló―. Me metieron comida a la boca, y sobreviví a base de drogas y las ganas de matar a madre. No moriría sin matarla a ella, ni a ese bastardo de su hijo. ―sentenció sin mirarme a los ojos.

―¿Fue tu madre quien...?

―Así es, ella los mató a ambos ―respondió seco.

Me quedé callado sin saber qué decir. 

―Entonces, ¿te alejarás de mí? ―preguntó ahora volteando a verme los ojos.

No supe qué responder. El soltó una leve sonrisa.

―¿Me quieres? ―interrogó de nuevo.

Pero otra vez me quedé en silencio, mientras intentaba buscar una respuesta correcta, pero, ¿de verdad había una respuesta correcta? Era capaz de vivir con el constante miedo de saber que alguien esta detrás de mí, y que quizá podría atacar a mi familia.

Cale se levantó y no lo detuve, fue entonces que el sonrió mientras lágrimas caían de su rostro, y tomó con cuidado mi rostro entre sus manos. Sus mirada parecía rota, aun cuando lágrimas constantes caían de sus ojos. Aquello hizo que mi corazón diera un vuelco. 

Got Ya (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora