Tan compatibles / Axel Blaze y tú

12. Odio las alturas

Solo necesito que metan un gol y podré cobrarme la venganza por la lesión que le han provocado a Kevin.

El Wild saca de banda con rapidez para intentar pillarnos por sorpresa, pero el recién llegado se interpone en su camino. No lo hará. No será capaz de ponerse en evidencia de esa forma. 

Bobby roba el balón usando el Barrido Defensivo y, a juzgar por la sorpresa de Axel, Blair y yo ya no somos las únicas en sospechar de él. Genial. Sin falta, le preguntaré más tarde qué narices hace aquí. Pero ahora no tengo mucho tiempo de preocuparme de eso, pues el peliazul lanza un pase alto perfecto a los delanteros para realizar el Trampolín Relámpago. La peor parte llega cuando fallan ese intento y los veinte siguientes, ocasionando que el resto del primer tiempo se resuma bastante fácil: el Wild ataca una y otra vez, lanzan tiros y remates que Mark se encarga de despejar, y, en cuanto recuperamos el balón y se lo pasamos a Axel y Jack, lo pierden de inmediato. Joder, estoy empezando a plantearme adelantarme la señal y tomar cartas en el asunto de una vez cuando el pitido resuena mandándonos al banquillo. 

El enfado aumenta cuando veo que la motivación que les proporcioné al inicio no ha durado ni medio partido. Como siempre, el capitán se encarga de felicitarnos, a pesar de los reproches de Nathan y Kevin para recalcar el dominio arrollador que he tenido el contrario sobre nosotros. 

—Pero, aunque son tan buenos jugando, seguimos manteniendo el empate. Y eso es lo verdaderamente increíble .—Mark no se da por vencido nunca, ni siquiera cuando hay que buscar algo bueno donde no lo hay, al menos para el resto—. Además, yo me encargaré de mantener la portería a cero, no os preocupéis.

—Mark tiene razón. Vamos a tener que trabajar en equipo si queremos ganarles .—aseguro tomando parte de nuevo en el liderazgo del equipo, pues el capitán está teniendo problemas para animarlos y yo ya he demostrado que se me da bien eso de dar charlas motivacionales y ser el centro de atención—. Los defensas debéis encargaros de dificultarles la llegada hasta la portería y, si recuperáis el balón, tenéis que pasárnoslo de inmediato a los centrocampistas o, para ser más exactos, a mí. Si necesitáis que os echen una mano, Blair se unirá a vosotros. Mientras tanto, el resto os haremos llegar el balón a vosotros dos .—intento transmitirle toda la confianza (y parte de mi ego, que me sobra bastante) a Jack para contrarrestar la maldita inseguridad que tiene.

—Capitán, yo quiero volver a la defensa. No soy capaz de realizar el Trampolín Relámpago, solo voy a provocar que perdamos el balón todo el rato.

—Pero Jack, dices que no eres capaz de realizarlo y, aun así, sigues intentándolo una y otra vez. Por eso vamos a seguir colgando balones a tu posición hasta que lo logres. No podemos dejar que todos esos intentos hayan sido en vano.

Dios, no sé cómo es capaz de meter tanta motivación en un momento, pero le admiro. Solo deseo no tener que admirarle estando eliminados del torneo en la primera ronda.

Tras el mini momento de ánimos, regresamos al campo y nos preparamos para la segunda parte. Intento estirar un poco, pues algo me dice que me va a tocar ponerme en serio antes de lo que pienso, pero un toquecito en el hombro me interrumpe. Me giro confusa para ver quién es, y mi confusión aumenta al encontrarme a un sonriente Bobby frente a mí. Espero a ver si dice algo pero, como se mantiene callado, decido ser yo la que rompa el hielo.

—¿Ocurre algo? —escupo, haciendo que dé un respingo ante mi tono.

—¿Qué pasa? ¿Ya no puedo hablar contigo sin que pase algo?

—Teniendo en cuenta de qué equipo venimos y porqué hemos acabado separados, no, no puedes hablar conmigo o con Blair. Dejamos eso atrás cuando nos marchamos.

Lo intento. Intento contener las ganas de escupirle en la cara, pero es que el hecho de que se esté haciendo el amnésico me saca de quicio.

—Dios, Grace, debes dejar el pasado. Estamos en el presente, y quiero volver a tener la amistad que tuvimos. Blair, tú, yo y...