¿He mencionado que odio los desfiles?
Sí.
Pues lo vuelvo a decir, porque es imposible expresar con palabras los sentimientos que tengo hacia este tipo de eventos.
En cuanto ponemos un pie en el centro, mi madre aparece ante nosotras con expresión de querer arrancarnos las cabezas. Ni siquiera nos da tiempo de hablar, agarra a Blair con una mano y a mí con la otra y nos arrastra hasta el backstage. Nuestro equipo se queda plantado sin saber qué hacer, pero enseguida aparecen unas cuantas encargadas que los acompañan hasta el área reservada para ellos. Siento ardor en el brazo, seguramente sea porque mi madre se ha enfurecido tanto que nos está clavando las uñas de manera inconsciente. Qué narices. Sabe perfectamente que nos está haciendo daño, pero si esperamos una disculpa por su parte, podemos envejecer antes de escuchar un perdón de sus labios.
El olor característico de los desfiles me golpea. El tufo a laca, maquillaje y ropa cara me dificulta respirar, haciendo que unas cuantas toses escapen de mi garganta. La mirada reprobatoria de mi madre no se hace esperar. Cuando por fin nos suelta, estoy a punto de dar saltos de alegría, pero la tranquilidad no me dura mucho. Enseguida, cuatro estilistas con ingentes cantidades de bótox en sus caras tiran de mí hasta mi cubículo asignado. Paso la siguiente hora y media dejando que me preparen para el evento. Los constantes tirones en mi pelo, la nube de polvos de maquillaje que me rodea y el incómodo vestuario agota mi paciencia de tal modo, que tengo que clavarme las uñas en la palma de la mano para no soltarles un guantazo.
Apenas tengo tiempo de respirar antes de que la organizadora anuncie a gritos que el espectáculo va a comenzar. Me conducen a través del lugar hasta la entrada principal, que da a la pasarela. La organizadora se me acerca con un portapapeles en su mano y un bolígrafo en la otra. Se la ve muy concentrada en su tarea hasta que levanta la vista y me ve.
—Oh, cierto. Grace, tú y tu hermana seréis las encargadas de abrir el espectáculo. Disfrutad de la oportunidad.
¿Que disfrutemos de la oportunidad? Definitivamente esta noche no acaba sin que yo haya matado a alguien. Blair aparece a mi lado con un traje igual al mío, un apretado vestido que termina a mitad del muslo y que despliega una amplia cola de seda que se arrastra a nuestro paso. Deben de haberlo hecho pensando en nosotras, porque el de Blair es de un tono añil parecido al de la noche cerrada; y el mío, de un dorado tan brillante que parece que está rociado con kilos de purpurina. Como si no fuese a destacar lo suficiente, con esto tendré la vista de todo el mundo centrada en mí. Genial.
Tomo la mano de mi hermana para intentar reconfortarla, pero su expresión asustadiza no desaparece. Nuestra madre aparece de nuevo, con uno de sus vestidos de gala más impresionantes. Por lo visto, ella no va a desfilar; así que seguro que tendrá asegurado un asiento en primera fila para asegurarse de que no cometemos ningún error que la pueda dejar en ridículo. Blair debe de leerme la mente, porque enmascara su miedo con una expresión gentil y adorable. Su modus operandi en todos los desfiles. Ella se encarga de representar la inocencia y la infantilidad, y yo la seguridad y la madurez. Una perfecta representación del paso de la niñez a la adolescencia.
—Todas mis compañeras están aquí; así que más os vale no defraudarme.
Ya está. Eso es lo único que nos dice antes de retirarse a ocupar su puesto entre el público. Ni unas palabras tranquilizadoras, ni unos ánimos; ni siquiera nos ha deseado buena suerte. Esa es la suerte de tener unos padres multimillonarios y famosos. El dinero y los lujos nunca faltaron, pero el amor y el cariño siempre brillaron por su ausencia.
La música inunda todo el espacio y la señal no tarda en llegarnos. Aprieto la mano de mi hermana y compartimos una mirada cómplice antes de empezar a caminar.
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Tan compatibles / Axel Blaze y tú
Fiksi PenggemarNueva vida, nuevo instituto y, posiblemente, nuevo equipo. Esos eran los pensamientos de Grace Daynight cuando decidió trasladarse al instituto Raimon junto a su melliza, Blair. Lo que no se esperaba es que acabaría jugando en el Raimon, un equipo l...