El reloj empieza a moverse de nuevo dando paso a la primera oleada de ataques de la Royal.
Con un rápido asentimiento por mi parte, nuestra defensa, ahora reforzada gracias a la presencia de Blair, se agrupa en torno a la portería que custodia Mark. Los cinco actúan de escudos humanos para frenar los múltiples disparos. Al principio consiguen hacerlo con éxito, tal y como estaba planeado, pero, cuando el Triángulo Letal hace acto de presencia, pienso que todo está acabado. La supertécnica sortea la línea defensiva con facilidad, pillando desprevenido a Mark. El portero se lanza para interceptar el tiro a pesar de saber que no llegará, pero, finalmente, quien se interpone entre la pelota y la portería no es otra que Blair, usando su pie para despejar el balón.
La mueca de dolor que hace al plantar el pie en el suelo llama la atención del entrenador, que prepara el cambio; sin embargo, Blair se niega de inmediato a salir del campo y entiendo perfectamente su deseo de seguir jugando. No todos los días puedes tener la revancha contra el equipo que te echó de forma rastrera.
Es cierto que el rencor ha quedado atrás con las disculpas que nos han dado antes, pero no podemos negar que algo de venganza nunca viene mal.
Sentir cómo una pequeña sombra se cierne sobre mí me alerta a tiempo para interceptar el despeje que hizo mi hermana, que ha resultado ser un pase bastante ingenioso. Piso el balón con una gran sonrisa, saboreando la sensación de llegar a este punto del plan. Esto se va a poner interesante.
Doy una patada al esférico y empiezo a correr con él mientras sorteo a los contrarios, esta vez empleando mi máximo potencial, demostrándoles que mi actuación en el primer tiempo no fue más que un calentamiento. Kevin y Axel me flanquean a ambos lados hasta que nos aproximamos a la portería. Realizo un pase rápido al pelirrosa, quien lo recibe encantado.
—¡Haz el Disparo Dragón!
Kevin me mira algo confuso al escucharme, pues seguro que tenía pensado usar el Tornado Dragón, que es mucho más fuerte; sin embargo, tengo una idea bastante interesante rondando por mi cabeza.
El pelirrosa acata mi orden y, rápidamente, Axel y yo nos desmarcamos hasta el interior del área. Tal y como tenía previsto, Joe usa su Escudo de Fuerza para parar el tiro de mi compañero, pero lo que él no se espera es que tanto Axel como yo usemos el Tornado de Fuego y el Disparo Solar a la vez, golpeando el balón a bocajarro contra la técnica. Gracias al efecto de disparar sin apenas distancia de por medio, conseguimos romper el potente escudo de Joe para abrir nuestro marcador, convirtiendo una derrota en un maravilloso empate que nos inyecta un chute de autoestima inmediatamente.
En cuanto marcamos, corro hacia el rubio cenizo para celebrarlo y, casi sin pensarlo, me lanzo a rodearle con mis brazos en un gesto demasiado cercano para unos compañeros de equipo o, bueno, unos amigos cercanos. En lugar de apartarme, Axel corresponde el abrazo e, incluso, me aprieta con más fuerza de la que empleo yo; casi parece que no quiera que este momento termine nunca.
¿Alguna vez habéis pensado que los besos eran mejores que los abrazos? Pues dejad que os diga que estáis muy equivocados. No sabéis lo reconfortante y agradable que puede llegar a ser compartir un gesto tan simple como un abrazo con alguien que te importa (bueno, puede ser que no solo me importe y que también haya algún sentimiento de por medio, pero ese es un tema del que hablaremos luego).
Nos separamos a regañadientes cuando recordamos que estamos en mitad de un partido bastante importante y que, a pesar de haber marcado, aún no tenemos la victoria asegurada.
El juego se reanuda con una respuesta agresiva de la Royal, ya que parece que no les ha hecho mucha gracia que marcásemos un gol. Qué inmaduros.
Montamos de nuevo la línea defensiva, que actúa de escudo humano otra vez, cosa que me enfada bastante. Repiten el ataque con el Triángulo Letal, solo que esta vez, en lugar de ser Blair la que interviene, es Bobby el que usa su cara, literalmente, para desviar el disparo.
Auch, eso ha debido de doler.
Las asistencias médicas entran al campo para llevarse a Bobby en una camilla al ver que apenas puede ponerse en pie. Por la cara que pone Mark, le ha afectado ver cómo un compañero se ha sacrificado de esa forma para proteger la portería que él mismo juró proteger con todas sus fuerzas.
De pronto, el grito de Axel resuena a nuestras espaldas y todos abrimos los ojos de inmediato al verle.
—¡Mark!
Apenas un segundo después, el Tornado de Fuego impacta contra el cuerpo del capitán, haciéndole rodar por el suelo. Axel se acerca a él con la ira reflejada en su rostro.
—He puesto toda la pasión que siento por el fútbol en ese balón, Mark. Lo que pase fuera del campo es como si no existiera, tan solo debemos concentrarnos en el partido.
No sé si son las palabras o el tono que usa, pero la cara de Mark refleja que, por fin, ha abierto los ojos de una vez. Cuando entramos de nuevo al campo, el portero desprende una energía totalmente distinta; por fin deja atrás esa indecisión y permite que vuelva su luz y motivación características, que son el principal motivo por el que muchos de nosotros estamos en el equipo.
La Royal saca de córner y parece que no se cansan nunca de insistir; esta vez Jude y David usan el Remate Combinado, y mentiría si dijera que no estoy odiando de nuevo a Jude solo por lo tocapelotas que está siendo al tenerlo de contrincante en lugar de compañero.
Por suerte, esta vez Mark saca a relucir su habilidad para inventarse nuevas técnicas en mitad de un partido. Escucho por el banquillo que se llamará Despeje Explosivo y la verdad que me gusta bastante el nombre.
El capitán me hace un pase directo que controlo a la perfección antes de comenzar a correr hacia el campo contrario. Me topo de frente con Jude y juro que me dan ganas de escupirle cuando empieza a cerrarme el paso. Temo que vuelva a suceder lo de antes así que, antes de que pueda venir alguien en su ayuda, hago un pase alto hacia arriba hacia absolutamente nadie, o eso piensan todos.
Axel lee a la perfección mis intenciones y no negaré que el corazoncito se me estruja de felicidad al ver que hemos llegado al punto de saber perfectamente lo que piensa el otro sin siquiera vernos.
Salta lo más alto que puede usando su Tornado de Fuego, lo que me da la distracción necesaria para sortear a Jude y esperar a que la pelota llegue a mi posición. Cuando por fin está a una distancia perfecta, preparo mi Disparo Solar, combinándolo con la técnica de Axel para obtener una nueva supertécnica combinada que ya tenía en mente desde hace tiempo.
El balón entra sin esfuerzo en la portería y, esta vez, es Axel quien me sorprende al sentir cómo sus brazos me rodean e, incluso, me eleva un poco del suelo por la emoción. Me devuelve al suelo con el corazón martilleando en mi pecho igual que los altavoces de una discoteca cuando suena música tecno, pero la sonrisa que me dedica acaba por estallar del todo mi corazón.
¿Se ha registrado algún caso de muerte por infarto causado por exceso de amor? Pues creo que voy a ser la primera en sufrirlo.
—Eso ha sido increíble. No se me había ocurrido combinar nuestras técnicas como hicimos con el Tornado Dragón.
—Qué va, no ha sido para tanto .—le resto importancia con un movimiento de mi mano, pero lo cierto es que el hecho de que me esté felicitando no ayuda a disminuir mi ritmo cardiaco y mucho menos aplaca mi más que crecido ego.
—Eres realmente increíble .—su voz es apenas un susurro acompañado por una expresión que grita a los cuatro vientos que es un loco enamorado admirando a su dama. Dios, esto me está dando justo en mis ganas de vivir un romance literario.
—Tú tampoco estás nada mal.
Nuestras caras se van juntando poco a poco, cayendo en la espiral de atracción a la que estamos acostumbrados y, desde luego, estamos cansado de resistirnos a ella. Nadie en su sano juicio, por mucha resistencia que tenga, sería capaz de evitar caer en la tentación. Quizás alguien que vaya a parar al cielo tras su muerte sea capaz de soportarlo, pero nosotros nacimos con el pase VIP al infierno colgado del cuello.
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Tan compatibles / Axel Blaze y tú
FanficNueva vida, nuevo instituto y, posiblemente, nuevo equipo. Esos eran los pensamientos de Grace Daynight cuando decidió trasladarse al instituto Raimon junto a su melliza, Blair. Lo que no se esperaba es que acabaría jugando en el Raimon, un equipo l...