—En los otros cuartos de final se enfrentarán el Instituto Occult contra el Instituto Otaku. El que gane se enfrentará a nosotros en la semifinal .—informa Silvia.
Estamos todo el equipo reunido en la sede para planificar nuestro próximo partido que, por lo que dicen mis compañeros, será contra el Occult. No hay nada que me haga más ilusión que volver a jugar contra los expertos en dar mal rollo. Menuda fantasía. Y encima esta vez no podemos contar con Axel y las múltiples técnicas combinadas que le incluyen; es decir, vamos a tener que depender únicamente del Remate Dragón y las técnicas de Blair y yo. Si no fuese porque mi ego es mucho más fuerte que mi nula autoestima, tendría bastante inseguridad acerca de nuestra victoria. Lástima que, como dicen en el país del que procede mi madre: el ego hasta el cielo y el perreo hasta el suelo. Está clarísimo que vamos a pasar. Sobre todo al ver que, en caso de llegar a la final, nuestro gran rival sería la Royal Academy y mentiría si dijera que no ansío jugar contra ellos desde hace tiempo.
—Oye, ¿qué sabemos del Instituto Otaku? —pregunta Nelly para cambiar de tema, pues mis compañeros habían empezado a discutir acerca de nuestras posibilidades de ganar.
Silvia se toma su tiempo para inspeccionar su cuaderno hasta dar con la información que necesitamos y la lee en voz alta para que la escuchemos.
—El Instituto Otaku es famoso por sus conocimientos. Posee jugadores de todo el país con gustos muy diferentes, y puede que sea el equipo más débil de todo el torneo .—lo sabía. Estaba segura de que nosotros no éramos los más débiles, sino que nos infravaloraban constantemente—. ¡Ahh!
—¿Qué pasa, Silvia? —indaga Mark preocupado por el grito de su amiga.
Cuando la gerente vuelve a hablar, sus mejillas están igual de rojas que las de Blair y yo cada que estamos cerca de Nathan y Axel.
—Al parecer, aquí pone que, antes de cada partido, todos los jugadores pasan el día en una cafetería de doncellas.
No me jodas.
No-me-jodas.
Dime que no ha dicho lo que creo que ha dicho.
Por favor, que haya escuchado mal. Que se me haya bugueado el sistema auditivo. Cualquier cosa menos que haya dicho eso. Por favor.
—¡¿Una cafetería de doncellas?! —grita Willy y, no me preguntéis porqué, pero algo me dice que no es la primera vez que ese chico escucha sobre ese sitio.
—¿Don? ¿Cellas? —repite Nelly con una mueca en el rostro.
—A un equipo así no tendremos problemas en ganarles .—suelta muy confiado Max, que está sentado en el suelo.
—Lo que está claro es que al final nos vamos a enfrentar de nuevo al Instituto Occult.
—Yo que tú no estaría tan seguro, Todd —interrumpo.
—¿Qué? Es más que obvio que el Occult ganará al Otaku sin problemas .—replica Kevin algo enfadado porque menosprecie al rival cuando es justo lo que están haciendo ellos.
—¿Por qué? ¿Porque el Otaku es mucho más débil? —cuestiono—. Creo que no os estáis dando cuenta de que estáis haciendo con el Otaku exactamente lo mismo que hacen el resto de rivales con nosotros. Dais por hecho que van a perder solo por su debilidad, pero nunca sabes cómo puede desarrollarse el partido. Infravalorar a un equipo de esa forma es un error que os puede costar muy caro.
Tras escuchar mi regaño, todos agachan la cabeza porque saben que tengo razón. Sobre todo cuando he comparado el caso del Otaku con el nuestro.
—¡Qué notición! ¡Qué notición! —Celia entra en la sede gritando con emoción y, antes de que hable, Blair me echa una mirada que me dice lo que piensa sin siquiera abrir la boca. Cómo me encanta que podamos comunicarnos de esta forma.
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Tan compatibles / Axel Blaze y tú
FanfictionNueva vida, nuevo instituto y, posiblemente, nuevo equipo. Esos eran los pensamientos de Grace Daynight cuando decidió trasladarse al instituto Raimon junto a su melliza, Blair. Lo que no se esperaba es que acabaría jugando en el Raimon, un equipo l...