Su nombre es Carlos, Carlos Sainz.
El destino nos junto, pero todo era tan perfecto para ser verdad que el mismo destino se encargo de meter a un tercero en esto. ¿Podremos más que el?
Dímelo.
2/3 de la saga "Las Chicas del Paddock".
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Después de 2 largas noches que me había parecido una eternidad habíamos salido de la casa de los Sainz desde hace una noche y podía dormir en los brazos de mi Mr.Perfecto.
Habíamos estado yendo de excursiones todos los días en cubierto, eso significaba ir con un abrigo junto con una sudadera, gorra y lentes de sol para pasar un poco más desapercibidos. A los dos nos gustaba estar en modo incógnito, fuera de las luces de las cámaras, que la gente nos señalará. En estos momentos no éramos Carlos Sainz el piloto de ferrari y Genesis Martinez la chica de redes sociales de Mclaren, solo eramos Carlos y Gen disfrutando nuestra compañía.
Estabamos desayunando en la terraza de la casa que nos daba una gran vista a las afueras de Madrid, ya entendía porque una vez en una plática había salido que cual era su lugar favorito donde venias a refugiarte a quedarte en paz y este era.
Tome un sorbo de mi café mientras veía a lo lejos todo el área verde que teníamos para los dos solos, Piñon entró corriendo del cuarto en el momento que Carlos le habló, su pequeño bebe como el le llamaba, el mismo que nos había estado acompañando desde el primer momento que habíamos pisado suelo Español.
Carlos comenzó a acariciarlo y en el único momento en el que yo bajé la mano él fue directo a mi, creo que nos caímos bien. Cuando le había contado a Julia que le había caído bien a Piñón está solamente me dijo "Entre perras se entienden" haciendo que volteara los ojos, extrañaba a mí Jul.
-¿Quieres que la muchacha te lleve a correr Piñon?- pregunto a lo que solamente Piñón lo volteo a ver, no creo que este esperando una respuesta a viva voz ¿o si?, regreso a los brazos de él - Dile a tu mamá que te lleve a correr anda-
Casi abro los ojos como platos.
-¿Mamá disculpa?- le dije alzando una de mis cejas.
-¿Dije que íbamos a ir lento? No, ¿verdad? Yo ya le dije a Piñon que tu eres su Mamá- dijo comenzando a reír.
Me bajé del asiento quedando a la altura de este y lo tomé de la cara comenzando a jugar con él.
-¿Ah si Piñón?- dije con una voz chiqueada -¿Quieres ir conmigo a México?, ¿Si verdad? - le dije moviendo sus orejitas.
-Luego los llevó a México - dijo Carlos viéndonos con tanto cariño a los dos que si viera la escena de lejos me explotaría el corazón.
Nos cambiamos a ropa deportiva y salimos al gran patio de la casa. Veía a Carlos como corría y hacía que Piñón lo siguiera. Esto es lo que toda mi vida había estado pidiendo al universo que me mandara, no un Carlos Sainz como tal, pero lo tenía todo.
Me detuve un momento viendo hacía el horizonte, aun era temprano y ya me había dado cuenta que estaba tan enamorada de él. Me podía reclamar en todos los sentidos y yo nunca lo negaría.
