Uno a la vez

456 54 5
                                    

(Capítulo 15)

.
Los nombres no me pertenecen, están basados en la serie Ranma y medio de Rumiko Takahashi.
.
.

El alumbrado público comenzó a encenderse con los últimos rayos de sol y, mientras Ranma y Akane se dirigían con lentitud hacia la tienda, él viento veraniego sopló sobre ellos.

La peliazul río divertida al mismo tiempo que se retiraba el cabello de la boca y miraba alegre hacia el muchacho de la trenza, quien se quitaba un par de hojas de árbol de su flequillo.

-Hay que darnos prisa... -murmuró llamando la atención de su acompañante- Ya va a llover, el ambiente huele a tierra húmeda.

Ranma la observó confundido, pero sus dudas se disiparon cuando la joven sujetó su mano y comenzó a guiarlo calle abajo hasta el local de su abuelo.

.

El adulto mayor despertó asustado cuando una ráfaga de aire frío entró repentinamente por la puerta de su local junto con una joven pareja que reía muy divertida.

El hombre frunció el ceño y activó su fase huraña por los ruidosos clientes... Al joven nunca lo había visto, pero inmediatamente tensó la mandíbula al darse cuenta de que su nieta era la acompañante del muchacho.

El sonido de la aclaración de garganta del adulto, llamó la atención de Ranma y Akane. Ambos giraron su rostro hacia el mostrador, lugar donde el hombre los observaba con molestia.

Akane carraspeo un poco y mantuvo la compostura mientras se acercaba al adulto.

-Ya regresé abuelito -murmuró con inocencia.

-¡¿Qué maneras son esas de llegar, Akane?! -le regañó el hombre.

-Oh, abuelo, discúlpame... ¿te despertamos? -expresó la peliazul con un poco de timidez.

-No estaba dormido, Akane... ya sabes que me la paso meditando -refunfuñó el anciano, cruzándose de brazos-. ¿Y usted es...? -inquirió justo cuando posó sus ojos nuevamente sobre el joven pelinegro.

El de la trenza observó al hombre ligeramente avergonzado y se acercó un par de pasos en su dirección.

-Soy Ranma Saotome, es un placer conocerlo, abuelo. Akane me ha hablado de usted en el camino.

-¿Ah sí? Pues yo nunca había escuchado nada sobre usted, joven -le interrumpió el hombre.

Ranma dudó sobre qué responder.

Akane suspiró y decidió intervenir.

-Eso es porque Ranma acaba de mudarse a nuestro edificio y no había surgido la oportunidad de comentártelo.

El adulto observó a la peliazul y negó disgustado con la cabeza.

-Ah, conque es un nuevo habitante del Shinji... ¿Y puedo saber por qué trajiste a tu nuevo vecino a mi local?

Akane sonrió y se recargó en el mostrador.

-Porque le hablé de los bocadillos de piña -murmuró confidente.

El abuelo amplió los ojos mirándola sorprendido.

-¿Le hablaste de los...? -el mismo anciano detuvo su pregunta y observó al de la trenza con desconfianza antes de continuar-. ¿De verdad los quieres probar, hijo? Porque una vez que lo hagas no hay marcha atrás...

Ranma enarcó una ceja y miró confundido hacia la mujer. "Pues... ¿de qué están hechos los bocadillos o por qué le cuestiona el anciano su desición?" pensó preocupado.

Apartamento Compartido (18-B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora