Una noche agitada (parte 1)

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Capítulo 13

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Los nombres de los personajes no me pertenecen, están basados en la serie Ranma 1/2 de Rumiko Takahashi.

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En cuanto se bajó del taxi, Akane entró a la tienda de conveniencia y se dirigió a la zona de frutas. Por nada del mundo perdería sus cejas.

Después, caminó hasta el pasillo de los dulces y surtió la pequeña canasta que llevaba, con varias bolsas de botanas y golosinas.

El anciano que atendía la tienda arqueó las cejas sorprendido cuando la peliazul dejó todo lo de su canasta sobre el mostrador y, con una pequeña sonrisa divertida, comenzó a cobrarle.

-Esta es la primera vez que te veo comprando tanto dulce, Akane -exclamó el hombre concentrado en su tarea-. ¿Recibiste buenas noticias?

La mujer sonrió y se recargó sobre el mostrador con confianza.

-¡Excelentes noticias, Abuelo! Finalmente terminé mi contrato con Tatewaki -murmuró contenta.

El hombre detuvo su cobro y observó a la joven con severidad.

-¡Vaya! ¡Ya era tiempo!.. Ese hombre estaba loco, ¡Loco y lo que le sigue!

Akane rió y abrió una bolsa de papas fritas que ya le había cobrado.

-Por la tarde haré una pequeña reunión en mi apartamento, allá lo espero por si gusta ir -murmuró antes de meterse una papa en la boca.

El hombre soltó una risa silenciosa y continuó su tarea de cobro.

-¡Ay, nena!.. yo ya soy muy grande para convivir con la gente joven. Te aseguro que en cuanto llegue a tu casa y ponga mi trasero en tu sillón terminaré completamente dormido por el cansancio.

Akane miró al hombre con cariño y dijo:

-Entonces escoja alguna golosina, la que más le guste...

El anciano terminó de cobrarle, tomó una bolsa de gomitas de fruta azucaradas y después de abrirla, comió unas cuantas.

-Gracias, pequeña -murmuró el hombre mientras la veía terminar de guardar sus compras en bolsas plásticas.

-Bueno, ya que no irá a la fiesta. Mañana pasaré temprano con un poco de té solo para nosotros dos.

El anciano sonrió de lado y observó en silencio a la joven peliazul caminar hacia la entrada del local.

-¡Mañana abriré la tienda hasta las nueve! -exclamó el anciano antes de que ella saliera.

-¡Hasta las nueve! -le gritó Akane desde la calle.

El hombre suspiró y sacó una pequeña foto de debajo del mostrador.

Con cada día que pasaba, Akane se parecía aún más a su difunta hija...

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Akane bajó del elevador y se encontró con Akari y su hermano menor sentados al principio de la escalera.

-Hola... ¿Me tardé mucho? -inquirió preocupada.

El hermano de Akari se levantó con rapidez del escalón para quitarle una de las bolsas.

-¡Sí, papas de limón!.. ¡Te amo Akane! - exclamó el pequeño antes de abrazar a la peliazul y correr hacia la puerta del apartamento 18-B.

Apartamento Compartido (18-B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora