Capitulo 11:

744 74 37
                                    

--¡Bien!-- dijo Dumbledore, sonriendo ampliamente --Ahora que todos estamos bien comidos-- Hermione lanzó un gruñido y Harry y Ginny rieron ligeramente --Debo una vez más rogar su atención mientras les comunico algunas noticias--

>>El señor Filch, el conserje, me ha pedido que les comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y los bumeranes-porrazo. La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch--

La sonrisa de Dumbledore se ensanchó al ver de reojo a los gemelos Weasley, quienes tenían una mirada de decisión y rebeldía.

--Como cada año, quiero recordarles que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo--

>>Es también mi doloroso deber informarlos de que la Copa de Quidditch no se celebrará este curso--

Todo el Gran Comedor estalló en susurros y abucheos de inconformidad, mientras Ginny borraba su sonrisa y sentía que una gran decepción invadía su pecho. Aunque no era la única, Harry y muchos de sus compañeros del equipo, estaban igual.

Dumbledore pidió de nuevo silencio con la mano, y continuó:

--Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutarán enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...--

La frase quedó colgada cuando en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe.

En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores.

Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo. Hermione ahogó un grito y Ginny frunció el ceño.

Aquella luz había destacado el rostro del hombre, y era un rostro muy diferente de cuantos Ginny había visto en su vida. Parecía como labrado en un trozo de madera desgastado por el tiempo y la lluvia, por alguien que no tenía la más leve idea de cómo eran los rostros humanos y que además no era nada habilidoso con el formón. Cada centímetro de la piel parecía una cicatriz. La boca era como un tajo en diagonal, y le faltaba un buen trozo de la nariz. Pero lo que lo hacía verdaderamente terrorífico eran los ojos.

Uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante. El otro era grande, redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro, completamente independiente del ojo normal... y luego se quedaba en blanco, como si mirara al interior de la cabeza.

Ginny no pudo evitar sentir un escalofrío, cuando aquel ojo aparentemente mágico que se movía de forma anormal, se posó en ella y en Harry. El iris por unos momentos tembló, y se entornó hacia ellos. La pelirroja tuvo la sensación de que los escaneaba, aunque el ojo normal estuviera mirando a Dumbledore.

El extraño llegó hasta el director. Le tendió una mano tan toscamente formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras que Ginny no consiguió oír. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja. Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el asiento vacío que había a su derecha.

Nuevo Comienzo (4 Libro) (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora