Capitulo 39:

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Maraton 4/7

Ginny no sabía exactamente en qué parte de la región se encontraba, pero supo que no debía ser ningún lugar bueno, cuando un mal presentimiento robó de nuevo su aliento, y le revolvió el estómago. Las lápidas que la rodeaban le provocaban temor, y fue retrocediendo unos pasos, intentando alejarse. Pero de repente, sus pies chocaron contra algo que estaba en el suelo; algo más o menos blando.

Se volvió asustada, y por el horror que sintió al ver aquella cosa se tropezó y cayó al suelo, tapándose la boca para ahogar un grito. Su respiración se descontroló, y por unos instantes creyó que estaba viviendo una pesadilla.

La cosa con la que sus pies habían chocado, era más bien un ser humano. Era el cuerpo inerte y pálido de Cedric Diggory. Sus ojos estaban desorbitados y su rostro se había quedado paralizado en una mueca de terror. El cuerpo estaba mal puesto en la tierra, por lo que era obvio suponer que lo habían tirado sin cuidar en dónde caería.

Ginny sintió como sus ojos picaban por las lágrimas, y se arrastró con los codos hacia atrás, para alejarse más de Cedric. Parpadeó varias veces, asustada, creyendo enserio que aquella era una simple ilusión, pero nada desapareció. Todo siguió igual, incluyendo el cuerpo de Cedric.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba?

Ginny sentía la mente atormentaba, pero aun entre ese océano inmenso de pensamientos, pudo pensar en Harry, y el miedo de nuevo la invadió. Si Cedric estaba muerto, ¿Qué había sido de Harry? Según Crookshanks, ellos habían tocado juntos la copa, que era el traslador.

Entonces, escuchó un grito de una persona, que no debía estar a muchas lápidas de ella.

--¡Carne... del vasallo... voluntariamente ofrecida... revivirás a tu señor!--

Ginny comenzó a gatear, para rodear el cuerpo de Cedric, pero se quedó inmóvil de nuevo al oír un alarido de dolor que perforó sus oídos, y sintió un escalofrío recorrer cada parte de su cuerpo. Aquel grito no era de Harry, pero el hecho de escucharlo, la hizo sentirse mucho más preocupada por él.

Volvió a gatear por el suelo, dejando atrás el cuerpo de Cedric. Pasó como unas cinco lápidas más, y escondiéndose detrás de una, vio la escena terrorífica que se desarrollaba a unos metros más allá.

Harry estaba amarrado con unas sogas a una lápida. Tenía una mirada aterrorizada y forcejeaba para soltarse y poder tomar su varita, que estaba a unos pocos metros de él, a sus pies. La brillante copa del Torneo estaba detrás. En la lápida, o más bien subiendo por ella, se enroscada una serpiente, que a Ginny le resultó muy familiar.

Frente a Harry, había algo que parecía un caldero grande de piedra. El caldero más grande que Ginny había visto nunca: era una especie de pila de piedra capaz de contener a un hombre adulto sentado. Este, se encontraba lleno de un líquido que estaba encendido en llamas. La superficie no sólo borboteaba, sino que también lanzaba chispas abrasadoras, dando a entender que enserio estaba ardiendo.

A un lado del caldero, estaba Colagusano, sollozando y gimiendo de dolor. Se sostenía un brazo que tenía caído, y cuando comenzó a caminar hacia Harry, se dio cuenta con miedo de que le faltaba una mano.

--Sa... sangre del enemigo... tomada por la fuerza... resucitarás al que odias-- agregó Colagusano

Ginny sintió su cuerpo congelarse cuando vio que Colagusano sacaba una daga, y la acercaba a Harry. El azabache hacía todo lo posible para soltarse, pero estaba muy bien sujeto a la lápida. Luego, Colagusano hizo un pequeño corte en el codo del brazo derecho de Harry, y sin dejar de jadear por el dolor, se hurgó en los bolsillos en busca de una redoma de cristal para tomar el chorro de sangre que salía de la herida.

Nuevo Comienzo (4 Libro) (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora