Capitulo 23:

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Con cada paso que daba sus inseguridades y miedos se iban, hasta que no quedo rastro de ellos. Pudo escuchar (apenas pasó el bosque y penetró el cercado por un agujero), cómo la multitud desde las gradas contenía el aliento, y después estallaba en murmullos de sorpresa. Ahora la estaban viendo con su cabello y ojos rojos, al igual que sus manos rodeadas por un aura igualmente roja. El tiempo parecía haberse detenido para Ginny, porque sentía que todo sucedía en cámara lenta, pero aun así no perdía la concentración.

Del otro lado del cercado, estaba el Ridgeback Noruego, agachado sobre la nidada, con las alas desplegadas y mirándola con sus malévolos ojos amarillos. Como un lagarto monstruoso cubierto de escamas negras, agitaba su cola llena de pinchos y se encorvaba para dejar ver sus crestas negras en la espalda. Ginny no había pensado que se vería tan temible y hostil, pero no permitió que la intimidara.

Sus manos fueron envueltas en un aura roja, mucho más visible que antes. La multitud gritó con fuerza, al igual que Ludo Bagman. Ginny sintió como la tierra bajo sus pies temblaba, y se tuvo que contener mucho para no hacer saltar sus demás poderes, porque solo le habían permitido utilizar dos.

El silencio invadió el lugar. Ni siquiera los pájaros cantaban. Solo se escuchaban las respiraciones agitadas del público y las del dragón, quien miraba fijamente a Ginny, como retándola.

Con que así quieres jugar, pensó ella, llena de rabia.

De repente, y sin previo aviso, el Ridgeback arremetió contra la pelirroja, lanzándole su aliento de fuego con una fuerza descomunal. Ginny se cubrió con un escudo justo a tiempo, pero podía sentir el vapor del fuego quemarle la piel. El escudo no resistiría por mucho tiempo.

Utilizando la poca fuerza que tenía, mantuvo el escudo lo más que pudo, y cuando este se desvaneció, también arremetió contra el dragón, lanzándole pequeñas llamaradas de fuego, en forma de hechizos. El Ridgeback tuvo que cubrirse con sus alas, y aunque Ginny sabía que el fuego no le haría daño, al menos ganaba tiempo, porque con cada hechizo que lanzaba, daba un paso hacia la nidada.

Pero entonces, el dragón entendió perfectamente la jugada, y se dejó de cubrir para volver a lanzarle a Ginny un chorro de fuego. La pelirroja se lanzó hacia un lado para esquivarlo, y se cubrió de nuevo con un escudo para estar más segura.

Su respiración estaba agitada, pero sus ojos se hicieron más rojos. La multitud gritó con más fuerza. Ginny se colocó de pie. El dragón rugió hacia ella, haciendo temblar a los demás presentes.

"Tienes que hacer algo más" le dijo Harry con preocupación. Ginny no se sintió capaz de responder, ni tampoco de mirar hacia donde él estaba.

En cambio, comenzó a pensar rápidamente lo que haría, debía llegar al nido porque allí resplandecía el huevo dorado, pero sabía que el dragón no se lo permitiría, o al menos no de una forma fácil... De golpe se le ocurrió una idea. Era extremadamente loca, pero digamos que ella no estaba muy cuerda.

El Ridgeback, más que enojado, volvió a escupir fuego. Ginny se cubrió, pero esta vez no se quedó en su lugar, sino que con lentitud, e intentando mantener el escudo, se fue acercando a él. Cuando el aliento se le acabó al Ridgeback, Ginny corrió más rápido hacia él, y usando un hechizo para rebotar, escaló hasta su lomo y se sostuvo de una de sus crestas.

Otro rugido emitió el Ridgeback, moviéndose desesperado por hacer caer a la pelirroja. Ginny gritó y se aferró con más fuerza a las crestas del animal, sintiendo como se lastimaba un poco las manos, pero no pensaba soltarse.

--¡Esa niña está loca! ¡¿Qué es lo que hace?!-- exclamaba Bagman con sorpresa, mientras la multitud gritaba horrorizada

Con otro grito, Ginny se montó de lado en el lomo del dragón, porque las demás crestas no le permitían sentarse por completo, y se sostuvo para otra sacudida que le dio el Dragón. Éste, agitaba las alas, su cuerpo y su cola para quitarse a Ginny, mientras seguía gruñendo. En varias ocasiones intentó atrapar a la pelirroja con su boca, pero esta lo esquivaba con algún hechizo.

Nuevo Comienzo (4 Libro) (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora