La pelirroja de tan solo 12 años caminaba con rapidez por los pasillos de Hogwarts. Llevaba dos libros apretados contra su pecho, y sentía mucha emoción de tenerlos. Cada uno, trataba de sus dos asignaturas favoritas hasta ahora: Transformaciones, y Defensa contra las Artes Oscuras, respectivamente.
No sabía con exactitud porque les gustaban tanto, pero ya ni siquiera se lo preguntaba.
Apresuró el paso al notar que el sol se estaba ocultando. Tenía que llegar corriendo a la Torre de Gryffindor, dejar sus libros en su habitación y bajar a la sala común para terminar de hacer sus deberes, pues no pensaba bajar a cenar, por los muchos chicos de su casa y de otras casas que la molestaban. Había momentos en los que ni siquiera quería salir de su habitación.
Pero de repente, justo detrás, escuchó una voz que conocía muy bien, y que no hizo nada más que perturbarla.
--¡Miren! ¡Encontramos a la tonta Beckett!--
Sus piernas reaccionaron solas, y comenzó a trotar, con la esperanza de perderlos. Escuchó que varios pasos la perseguían. Sabía que sería la misma banda de siempre, pero ellos siendo seis contra uno, no parecía nada justo, y menos cuando eran mucho más altos y fuertes.
--¡¿A dónde crees que vas?!--
Un nudo apareció en su garganta. Ahora ya no trotaba, sino que corría. Intentaba relajar su mente, y convencerse de que nada de esto pasaba. No quería explotar, porque sus poderes eran demasiado incontrolables y volátiles. No estaba segura de sí podría contenerse, pero al menos tenía que intentarlo.
Cuando cruzó en una esquina, alguien la tomó por el pelo y la hizo retroceder. Como perdió el equilibrio, terminó cayendo en el suelo de un sentón. Sus libros cayeron un poco lejos de ella, y los matones que la perseguían la rodearon.
Giselle intentó incorporarse, pero Abraxas Malfoy, el líder del grupo, la volvió a jalar por el cabello, haciéndola caer de nuevo.
--¡¿A dónde crees que vas, inútil?!-- preguntó, con una mirada rabiosa, que solo acentuaba sus ojos claros
La pequeña lo miró con los ojos cristalizados.
--¡Por favor! ¡No quiero hacerte daño!--
Abraxas y su grupo rieron burlonamente.
--¡¿Hacernos daño?! ¡¿A nosotros?!-- preguntó Malfoy --¡Tú no puedes ni matar a una mosca, Beckett!--
--¿Por qué me molestas?-- sollozó Giselle, sintiéndose una tonta al si quiera preguntar --Ya hice tu tarea de la semana, ¡Déjame en paz!--
--Niña tonta...-- comentó un chico del grupo, sonriendo con diversión
--¡¿Crees que pasamos por alto tu humillación esta mañana?!-- preguntó Abraxas, atrapando más cabellos de Giselle en su mano y luego recogiéndolo en un puño
Giselle chilló por el dolor que le causaba, y sus ojos buscaron volverse rojos, pero se negó a atacarlos. No podría controlarlo, y lo sabía.
--¡¿Crees que nos hace gracia que el profesor Dumbledore felicite a una sangre sucia por encima de nosotros?!--
Giselle no había pensado en ello. Albus Dumbledore, el profesor de Transformaciones, les había enseñado a cómo convertir un escarabajo en un botón. Ella lo había hecho en su primero intento, siendo la alumna más destacada en esa clase, y por eso mismo, el profesor quiso felicitarla frente a todos los alumnos de las cuatro casas, dejando en un ridículo indiscreto a los sangre pura, porque ella era una hija de muggles, que solía tener más talento.
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Nuevo Comienzo (4 Libro) (Hinny)
Fiksi PenggemarComo siempre lean el pequeño anuncio que les deje al principio.