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Capítulo 2| Entre sombras
Guianna

Estamos expectantes, expectantes a los Blackblood. No se sabe cuándo pueden aparecer.

- ¿Y si aparecen en la noche? -pregunta Janies.

Estamos toda mi familia reunida en la habitación de armas; aquí nadie nos escucha, nadie sabe de la existencia de éste lugar.

- Son las seis de la tarde, y el sol está cayendo. Habrá que hacer guardia y esperarlos -señala Adrian.

Suspiro y dejo mi cinturón de armas, con mi daga, una espada envainada y varios cuchillos para lanzar por los aires sobre la mesa.

- Quieren la guerra -murmura mi padre-, quieren gobernar por sobre todo, y no les importa cómo llegar a ello.

Apreto los labios en una fina línea.

- Y nosotros haremos la guerra, por todos las personas que mataron -añado.

Caminamos hacia nuestros aposentos correspondientes por los pasillos secretos, y Janies me acompaña.

El trayecto a mi habitación es silencioso, pero sé que sus pensamientos son hacia los de sangre negra.

Llegamos a destino y abro la puerta que se esconde tras un estante de madera. Al pasar ambas, cierro la puerta y me dejo caer sobre la cama.

- Es difícil vivir así -suelto de repente.

Mi hermana frunce el ceño.

- ¿Así cómo?

- Con la muerte acechando, y..., diablos... ¡Hoy fue mi boda! Y lo arruinaron.

La rubia se sienta a mi lado y me da un apretón en la mano.

- Deja eso para después. Ve León y diviértete. Los Blackblood actúan en la madrugada, aún tienes tiempo que pasar con tu esposo.

- Pero no quiero dejarlos solos...

Intento hacerle cambiar de parecer a Janies, pero me es imposible. Entonces no cedo, y camino por los pasillos del castillo y voy al aposento de mi esposo.

Que extraño es llamarlo así...

Doblo la esquina y me dirijo a la última puerta. Toco dos veces y veo cómo esta se abre.

- Te estaba esperando. -Me jala de mi brazo para hacerme entrar y cierra la puerta.

Me toma de la cintura y me tira hacia él, besándome. Pero eso no me basta, quiero sentir su piel contra la mía, y sus labios pasar por todo mi cuerpo.

El castaño me sube a él y el beso se hace más fuerte y fogoso.

- Quiero sentirte más cerca. -Me besa partes del cuello, haciendo sentir que tipo de energía corra por mi cuerpo.

Me lleva a la cama y me deposita sobre ella, y el se quita la camisa de un tirón, para después ayudarme a quitarme la falda y tiro las botas con desespero, queriendo que la separación de nuestros cuerpos ya no exista.

Tomo el cordón del corset y lo desato, para después desajustarlo y quitármelo, tirando de él hacia arriba, haciendo que quede desnuda ante él. Pero con León perdí el pudor y vergüenza; con León me siento segura y hermosa.

Me mira con ojos chispeantes de deseo y lujuria. Me acerco hacia él y me pierdo entre besos, caricias, y suspiros.

Amo a León, y siempre será así.

Pasión entre sombras PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora