13

295 24 55
                                    

Capítulo 13| Juro matarte
Francisco

Veo como la rubia se da media vuelta y se aleja de mí. Ay, si supiera en lo que se metió... Caerá por mí, lo sé porque haré lo imposible para conseguirlo, y al hacerlo, la matare.

Busco a mi aliada, mi prima, la única que me queda, porque ellos mataron a toda mi familia; los Blackely asesinaron a todos mis seres queridos. No me gusta tocar el tema; soy demasiado cerrado, pero lo que si se es que quiero las cabezas de todos y cada uno de los asesinos con corona de oro. Estoy sediento de venganza, porque de pequeño los Backely me quitaron todo lo que tenía. Solo queda vacío, rencor y odio.

- ¿Qué ves en ella? -escucho una voz a mi espalda, cosa que me hace girar y encontrarme con Catalina, mi prima.

Frunzo el ceño.

- ¿Qué? ¿De qué hablas?

La chica de tiara plateada me mira con una ceja alzada.

- Te conozco como la palma de mi mano, Francisco. Sé cuando te sientes atraído a una mujer, y eso no lo veo hace muchos años.

Me cruzo de brazos, y la observo con los ojos entrecerrados.

- ¿De qué demonios me estas acusando? -Suelto una carcajada sin gracia alguna.

Catalina da un bufido.

- ¡Te gusta la perra que asesino a tu familia! ¿No tienes acaso decencia o cordura, Francisco?

Recuerdos vienen a mi mente, pero los corto ni bien comienzan a llegar sin piedad alguna, porque cuando el cerebro humano hace caso a la mente, puede ser letal para el alma.

- No me atrae, solo busco la manera de llegar a ella y asesinarla como se lo merece.

La chica de cabellera negra me mira con ojos desafiantes, no me cree, pero yo sí lo hago. Quiero matarla, saber sería verla muerta como tantos años lo desee.

- ¿Y entonces porque sueñas con ella?

La miro con sorpresa, pero ese sentimiento cambia al segundo cuando es arrebatado por la ira y la furia.

- ¿Qué demonios hacías en mis sueños? --espeto-. No tienes decencia, Catalina. Eso es privado, si lo vuelves a hacer, tendrás consecuencias.

Mi prima hace una mueca de burla.

- ¿Qué harás? ¿Me echaras una maldición? Eso no te conviene, amigo mío. Me convertiré en tu peor pesadilla si sigues con tus idioteces -escupe con repudio-. Sigue el plan, debes hacer justicia.

Con rabia, doy medio giro sobre mis talones y me dispongo a caminar lejos de ella.

Ya ni sé que quiero. Quiero matar a todos, eso no cabe duda, porque ellos son familia: yo no tengo eso hace mucho tiempo.

Decido largarme de la fiesta e ir a mi habitación, caminando por los pasillos con ira en mi interior. Mientras voy a destino, me encuentro con varios compañeros y los saludo con la falsedad que porto hace años, porque soy todo menos amable y cariñoso.

Me paro frente a la puerta, tomo el pomo para luego abrirla, entrar y cerrarla tras mi espalda. Paso por el recibidor, y entro a la recamara. Me quito el sacón de piel, las botas de caña y pantalón de cuero, para después quedar en camisa de lino, que me saco por la cabeza y me visto con mi camisón.

Añado leña al fuego que arde en el hogar, y me dispongo a meterme a la cama, con mi cabeza maquinando a miles de millas por hora, ¿la mayoría? Guianna. Si, quise darle celos, pero solo para asegurarme que mi plan va como lo esperado.

Pasión entre sombras PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora