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Capítulo 19| Encaminenemosnos hacia la dulce venganza
Guianna


- A ver si entiendo bien -dice mi hermana, luego de que le explicase mi plan de matar a los Blackblood, porque primero quiero vengar a mi familia antes que a mí-. ¿Quieres hacerte pasar por prostituta y entrar al castillo Blackblood? ¿Te has vuelto loca?

Me encojo de hombros.

- Acepto propuestas. Si se les ocurren, claro, porque nadie puede tener mejores ideas que yo.

Félix voltea los ojos mientras que Adrian juega a las cartas en solitario. Le gustan mucho las cartas.

Janies se cruza de brazos mientras que discute con Adrian de que escuche o le dirá a todos que tapa sus ganas de tener sexo con jugar con las cartas, y él contraataca con que le dirá al castillo entero que odia bañarse.

- No es propio de una dama de clase alta no asearse, hermana.

- ¿Eso que tiene que ver con que no sea una dama? Podría ser que no me baño hace un mes y seguiría siendo preciosa. -Aletea las pestañas.

Adrian le echa una mirada aburrida.

- No seas sucia, ya ni el perfume de rosas tapa tu pestilente aroma. -Se tapa la nariz con los dedos y hace una mueca de asco.

Y yo tengo a Félix diciéndome un sermón de que no apostarían ni dos monedas de cobre por deducir si soy una prostituta.

Ya me esta aburriendo, por lo que uso una de mis técnicas infalibles: doy un grito tan alto que Adrian da un salto de susto, Felix se lleva las manos sobre las orejas y por fin me presten atención. Dando por finalizado, Janies suelta una palabrota nada de propia de una dama de su clase.

- Esas palabras las utilizo yo -recrimina Adrian hacia la rubia que hace unos segundos dejó de parecer fina y delicada.

Da una carcajada irónica.

- ¿Las malas palabras dan maldiciones a las mujeres que las utilizan?

Felix arquea una ceja interrogativa.

- Conozco un par que se quedaron sin tetas.

Ella rueda los ojos y se cruza de brazos.

- Sigue así y verás cómo te quedas estéril -amenaza, a lo que él le desafía con la mirada.

- ¿Y qué harás? Pegarme en la entrepierna con tus bordados de pájaros con convulsiones?

Oh no. Se ha burlado de los bordados de Janies: ya estoy viendo como el diablo se esconde...

- ¿Hablas de mis bordados? -Abre la boca con incredulidad y llena de molestia-. ¿Pájaros con convulsiones? ¿No será así que tienes el pene cuando ves una chica con mucho escote?

El aludido ahoga un gritito.

¿Sabrá lo que pasó con la ropa interior de Michelle? Seguro que sí; Janies vive para el chisme.

Giro hacia Adrian, quien dejó las cartas sobre la mesa de escritura de mi habitación y escucha atentamente.

- Tú no estás en situación de hablar, Janellina -señala Felix- ¿o te olvidas de que estas enamorada de un vendedor de la feria?

Pasión entre sombras PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora