04

300 29 30
                                    

Capítulo 4|¿Amabilidad?
Guianna

Estoy en el bosque, no hay más que silencio y oscuridad. No puedo ver con certeza, pero mi amiga la luna ilumina mis pisadas.

De repente, veo una sombra alta y fornida de espaldas.

Lentamente, se va dando la vuelta, y va dando pasos, acercándose hacia mí.

Yo no me puedo mover, tengo los pies clavados en el suelo. Y tampoco puedo emitir palabra.

- Oh, pero que tenemos aquí. -Es Francisco, el maldito-, si es luzbel.

No sé por qué, pero mi corazón martillea contra mí pecho, como si fuera que quisiera salirse.

El ojinegro se para a pocos centímetros de mi boca, y siento su respiración en mi rostro.

- ¿Le han dicho que es hermosa? -inquiere con un tono suave-. Mortalmente hermosa. Con un corazón despiadado y asesino.

Y allí me despierto.

¿Qué demonios acabo de soñar? ¿Por qué soñé con Francisco?

Porque es muy guapo.

¿Eh? ¡Conciencia! ¡Es un asesino!

Qué demonios me importa, está más bueno que León.

Cállate, por favor.

Te lo quieres tirar, y yo también. Quisiera ver qué tan grande tiene la verga...

Puaj, eres una asquerosa.

Soy tú. Tú lo...

¿Puedes callarte de una vez?

- Guianna.

Escucho que me llaman, y al voltearme, veo a Felix.

- ¿Qué sucede? Interrumpiste mi siesta matutina -espeto.

El rubio de finas fracciones se acerca a la cama y se deja caer, desplomandose en ella con fuerza.

- Tengo un problema.

- ¿Y eso a mí qué me importa? Estaba durmiendo.

El muchacho bufa.

- ¿Puedes dejarme terminar siquiera la frase?

Ruedo los ojos con aburrimiento, y asiento para que siga.

- Me gusta una doncella.

¿Qué? Oh Dios, que gran chisme. Esto me gusta.

- ¿Cuál de todas? Son cómo treinta.

Felix se voltea, mirando el techo, y deja caer los brazos con drama sobre el colchón.

- Es pelirroja, con pecas y ojos verdes. Siempre lleva su cabello en una trenza.

Pasión entre sombras PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora