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♥️007♥️

Annalise Lim Wise

La sirena de los bomberos y las ambulancias sonaba de lejos. El goteo tintineante de la gasolina se escuchaba a trasfondo, y por alguna extraña razón, yo estaba fuera del auto.

Estaba sentada en la rama del árbol viendo cómo sucedía todo. Viendo cómo el auto de mi padre daba vueltas luego de esquivar un camión de carga. Viendo cómo caía a través del corto barranco.

Y de la nada, explotó dejándome completamente en negro.

Abrí los ojos, asustada, agitada, deseando que nada fuera real. Deseando que todo fuera una pesadilla y que mi madre abriera la puerta con mi desayuno en mano, pero no, todo era real.

La única diferencia era que ya podía abrir mis ojos y veía todo. Me extrañaba ver colores de distintas tonalidades, no recordaba que la realidad era tan viva.

Ver el jardín lleno de flores, ver el sol atravesar mi ventana, ver lo que como. Es muy mágico para mí después de pasar casi 8 años de mi vida sin poder ver.

El rojo es rojo, el naranja en naranja, y el púrpura es púrpura. En mis recuerdos se fueron borrando poco a poco, pero ya podía sentirme viva.

—Anna Noona —Taeyang entró a mi habitación con su almohada en mano.

—Nene, son las 6 de la mañana. ¿Qué haces despierto tan temprano un domingo?

—No puedo dormir. Soñé con mi hermana y me levanté llorando. La extraño mucho.

—Tranquilo, cielo. Ya habíamos hablado antes, ¿Recuerdas? Ella está en un mejor lugar.

—Pero también estaría mejor con nosotros.

—Lo sé...

—¿Puedes verme a los ojos? Me gusta verte porque siento que mi hermana también me mira.

Eso...

«¿Cómo le explicaba?»

Preferí dejar las cosas así.

Todo lo bueno tenía su desventaja, como por ejemplo; me daba miedo bajar las escaleras, me daba miedo ir del lado de la ventana en los autos, me daba miedo cruzar la calle, me daba miedo lo que generalizaba vivir con los ojos abiertos.

Escribir se me dificultaba, y leer también. Prefería leer en braille, tantos años me dieron práctica y escribirlo me resulta más fácil que escribir normal.

—Buen día, linda —mi madrina, Lisa, se acercó a mí para darme un beso en la frente y sentarse junto a mí en la mesa del comedor.

>> ¿Qué has pensado de la universidad? Ya cumpliste 19 años, ya perdiste un año. Puedes elegir la universidad que quieras, ya sabes que todos los gastos...

—Quiero estudiar aquí, en Seúl. No creo sentirme preparada para estar sola tan lejos.

—No estarás sola, una enfermera estará contigo.

—Me da miedo —musité, avergonzada por completo.

—Sé que estos meses han sido difíciles. Me imagino que no fue tan fácil como creíamos que sería.

—No puedo ni siquiera usar un celular. Todo se lo debo pedir a Alexa, y encima a veces es muy tonta.

—Todo es con práctica.

—Me siento como una niña pequeña.

—Recuerda que en unos días tienes cita con el oftalmólogo para tu tratamiento post quirúrgico. Has hecho un buen trabajo estos meses. Deja de tener miedo, se te ayudará en todo. Te debemos mucho.