♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)

♦️ 070 ♦️

Hice un nuevo booktrailer, gente. Espero les guste, lo hice con amor.  El. Anterior (está en galería) no está tan bien elaborado como este.

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Kim Sohye

Cuando Hyunjin me ofreció llevarme a casa, me imaginé mi cama. No su pecho, donde dejé muchas de mis lágrimas silenciosas. Seguíamos en el auto, en el estacionamiento del edificio de su departamento. Yo aún no tenía las fuerzas para levantarme y enfrentarlo. Pero él no se lo merecía.

—Hyunjin, es mejor que me envíes a mi apartamento. No creo que esté bien que yo...

—Sohye, déjate de idioteces. Subiremos cuando estés lista. Solo quiero que descanses y te prepares para mañana. No te haré preguntas. Aún no es mi turno —suspiré aún en su pecho. Me levanté sin voltear a verlo y salí del auto.

Caminé sin esperarlo al ascensor del estacionamiento, entré y a los segundos tenía a Hyunjin a mi lado, que presionó el piso, que por cierto, no recordaba cuál era. Llegamos super rápido y sin interrupciones. Las puertas se abrieron y el enorme cristal transparente me dio la vista de todo Seúl.

—Sé que almorzaste antes de salir de Kim's Corporation. Falta para la cena, así que vendrá la chef que te gusta a preparar lo que quieras. La señora del aseo te ha preparado una habitación para que descanses. Necesito que te relajes, Sohye —fruncí el ceño por la rareza de sus palabras. Siempre me cuidó, siempre se ocupaba de mis necesidades cuando tenía el tiempo, pero estaba actuando raro.

—¿Tú te irás?

—Necesito resolver cosas, volveré en lo que pueda. No salgas de aquí, y si no piensas hacerme caso, abajo estará alguien listo para llevarte donde quieras. Solo... Olvidálo —me acarició la cabeza como si fuera un cachorro, y luego salió hacia el ascensor.

—Hyunjin... Yo no lo hice a propósito —articulé antes de que se cerraran las puertas.

—Yo tampoco lo hice a propósito —las puertas se cerraron sin dejarme decir más.

Tenía un enorme apartamento a mi disposición. Era raro porque siempre viví en una casa enorme, pero mi apartamento era pequeño y mi otro apartamento en Nueva Zelanda también era pequeño. Me gustaba la calidez, y justamente en el apartamento de Hyunjin, sin Hyunjin, no la tenía.

—Señorita Kim, un gusto verla. He llegado hace un rato y estaba esperando a que se desocupara. ¿Le gustaría discutir lo del menú ahora para ir hacer las compras? El joven Hyunin me ha dejado posibles platos que...

—¿Tú vas a salir a comprar?

—Sí —necesitaba distraerme en algo—. Prefiero hacer mis platillos con productos frescos.

—Mira, no vas a hacerme nada especial. Si quieres, podemos ir al supermercado para que tengas comida para Hyunjin. Yo no estaré mucho tiempo aquí, así que no te esfuerces. Solo sácame de aquí. Necesito respirar aire fresco y distraerme. Oye, tú —la señora de la limpieza llevaba la canasta de la ropa de Hyunjin—. Tú también te puedes ir. Yo me ocuparé de lo que hace falta, solo me lo dejas en un papel. No importa lo que él diga, yo lo arreglo.

—Pero, señorita. El joven...

—Yo me arreglo con él.

Como pedí, la chef me llevó al supermercado más cercano. Se notaba lo refinado. Me hacían falta unas compras de ese tipo, incluso me cuestioné si lo mío era ser ama de casa por lo relajante que era meter productos al carrito. Compré comida instantánea para poder llorar en paz cuando recordara el problema en el que estaba metida. Al final pasamos por un restaurante comprando la cena para los dos. Era temprano aún, pero necesitaba estar ocupada o lloraba.