♣️Your♥️Eyes♦️Tell♠️ (♣️House♥️OF♦️Cards♠️)

♠️018♠️

Kim Yohan

Los meses pasaron rápido. Pasé mi primera navidad con Annalise, fue la más aburrida de todas. A ella le emocionaba la navidad, lo sabía, pero por alguna razón a mí no, y el hecho de que ella le gustara tanto me molestaba más. Y aún sabiendo que le encantaba, ella no la disfrutó mucho.

La dejé sola en casa, y yo me fui al departamento de una amiga. No miré a mis padres ni a nadie de mi familia.

Mi vida nunca se detuvo. Mi vida siguió igual, se estaba volviendo monótona y aburrida. Por más que ella intentara acercarse a mí, no sé lo podía permitir. Ella era buena persona, era bonita, era demasiado pura para mí, y sabía que no la merecía, pero a la vez ella no me interesaba por la misma razón. Porque era tan tonta y aún sabiendo que yo no le iba a responder, ella seguía ahí esperando más de mí.

No estaba tan seguro de quién se iba a soltar primero. Ella se aferraba, pero nadie se mantenía atado por siempre, ella mantenía su espíritu de fe, pero hasta el más cristiano se convierte en ateo cuando no ve milagros. Y yo... Yo tenía miedo a depender emocionalmente de una persona y que al final se vaya de mi lado.

Pero no estaba haciendo nada para evitarlo.

.....

—Te extraño y ni lo vas a saber porque no estás aquí —musité colocando un lirio rosa sobre su lápida—. Me has de odiar por lo que le estoy haciendo a Annalise... Pero no puedo permitir que entre a mi corazón porque sé que un día ella también me dejará. No puedo, Nara, lo siento... —la brisa pegó contra mi rostro, un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo, y por más calma que quise guardar, me eché a llorar.

Me ardía como la primera vez, me ardía como el primer segundo en el que me conscienticé que ella ya no iba a estar ahí.

—El alma no vibra con cualquiera —me di vuelta, Eunwoo estaba ahí, no sabía si enojarme o no, pero debía guardar la calma.

—¿Qué mierda haces aquí?

—Pasé por el cementerio y me detuve para venir a dejar algunas flores. No es tuyo, así que puedo venir cuando se me dé la gana —colocó las flores sobre la lápida—. Tienes 5 meses de haberte casado y le sigues entregando el corazón a alguien que está pudriéndose bajo tierra. El alma no vibra con cualquiera, y mi cuñada cometió un gran error al hacer vibrar su alma contigo.

—¿Quieres que te quiebre la cara?

—Soy menor de edad, y no me dolerá ni un poco meterte a la cárcel por violencia infantil.

—Eres tan... Mis padres están engañados contigo.

—Igual que contigo —contra atacó—. Somos iguales, hyung. Hasta nos llegamos a enamorar de la misma chica.

—Pero a mí sí me llegó a corresponder.

—Somos tan iguales, que crees que lo hizo. Estuviste más ciego que Annalise todo el tiempo. Yo también creí que me correspondía cuando me ayudaba con las tareas que yo podía hacer por mi cuenta, o cuando me trataba bonito si estaba cerca de ella. Nos quería a todos por igual, no seas iluso.

—Son las 7 de la noche, te buscaré problemas si no vuelves a casa en este mismo momento.

Sacó su celular de su bolsillo, hizo unos movimientos y luego se lo colocó en la oreja.

—Madre, te llamo para avisarte que estoy con Yohan, llegaré tarde —lo miré, no podía creer que me retara de esa forma. Un niño de solo 15 años, casi 16, me estaba calentando la cabeza—. Yo también te amo. Llego dentro de un rato, mi Hyung me irá a dejar.