♣️House♥️Of♦️Cards♠️ : Your Eyes Tell. 3* Temporada.
Jung Nara y Kim Seok Jin, una pareja que tuvo altibajos a lo largo de su vida. Una historia que quiso ser borrada por una supuesta protección que al final fue una bomba para los corazones de la pa...
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4/4 Final de maratón.
Kim Sohye
Han pasado dos meses desde que traje a casa a Sohyun. ¿Que si ha sido fácil y lleno de rosas y peluches?
No lo mínimo a eso.
Es una niña con problemas de confianza y no sabe comunicarse. Llora la mayoría del tiempo. Cuesta darle de comer. Hay problemas a la hora de dormir porque se despierta, mínimo, tres veces en la madrugada, llorando. El primer mes lo pasé sola, y con la niñera que renunció rápido. Hyunjin no estuvo en casa por cuestiones de trabajo, y cuando volvió, esperó a que le dijera que renunciaba o algo por el estilo, pero no. Aquí estaba con la bebé intentando hasta lo imposible.
Annalise fue la única que me ayudó con paciencia. Me daba envidia porque ella podía calmarla y entenderla, y la niña ni siquiera hablaba. El especialista dijo que es un trauma que poco a poco se iba a ir tratando, pero es una bebé que no entiende y por lo mismo no hay que presionarla. Se debe a que en su casa nadie le hablaba. Según los informes de los testigos qué vivían cerca, la dejaban sola casi todo el día hasta el suceso del incendio. Caminaba porque su cuerpo se lo demandó, pero aún eso lo hacía con absoluta torpeza.
—Ya, preciosa, no llores más —como dije, la niñera renunció y es difícil conseguir una tan rápido sin que pase por los estrictos requisitos de Hyunjin.
Que por cierto, él en serio no se ha inmiscuido para nada en esto. Creí por un momento que le iba a tocar el corazón, pero no lo hizo. Prefiere encerrarse en su oficina y dormir ahí sin escuchar los llantos.
—¿Quieres leche? ¿No te gusta? Necesito entenderte y ya no sé qué hacer —estaba a punto de llorar con ella. La paseé por toda la habitación, agitandola para que se calmara, y nada. A veces intensifica el llanto. No sé ni cómo no se ha quedado sin cuerdas vocales.
Chilla más cuando me acerco a la ventana, así que presté atención a eso. No había nada. No podía abrirla, si es que tenía calor porque nos íbamos a congelar. Estamos en pleno invierno, a punto de ser navidad. Sin embargo, ella lo señalaba, mirándome y sin parar de llorar. La abrí un poco y gritó más, así que la cerré. Intenté con las cortinas tapando bien todo y su llanto disminuyó poco a poco. Solo se agita por la cantidad de aire que perdió.
Agradezco profundamente que empiece a calmarse, así que la acomodo bien en mi brazos y sigo meciéndola. Le ofrezco el biberón y lo toma. Yo me termino sentando en la silla porque ya estoy cansada. Estos dos meses ha subido de peso, y me alegro, pero eso no quita lo cansado que es cargar.
—Cierro los ojitos, para descansar. Mañana de día, vamos a jugar —estoy cantándole como me sugirió Annalise. A veces la entretiene, como ahora mismo, pero a veces no—. Duerme, duerme, con esta canción. Sabana de estrellas y luna de cartón —se ríe sin dejar su biberón. Al parecer lo que menos ganas tiene, es de dormir.